CAMAGÜEY.-Sin reportar nuevos focos del caracol gigante africano hasta la fecha, la provincia mantiene la vigilancia a ese molusco, tanto en el sector residencial como en zonas agrícolas, y continúa activado el grupo temporal dirigido por la Delegación Territorial de la Agricultura.
Roxana García Domínguez, jefa del Centro Provincial de Gestión para la Reducción de Riesgos de Desastres, informó además a la Agencia Cubana de Noticias que en esta ciudad y en el municipio de Najasa donde se identificaron meses atrás, no ha vuelto a aparecer.
Precisó que con ayuda de los operarios de vectores desarrollan pesquisas, principalmente en la ciudad de Camagüey, y por otro lado Sanidad Vegetal controla las áreas de cultivos, debido a la capacidad de la plaga de afectar varios tipos de plantas.
Igualmente insistió en que se realizaron labores de capacitación para orientar a la población cómo actuar en caso de sospecha de la presencia del caracol, y la primera acción debe ser informarlo a las autoridades sanitarias, al área de salud más, o al Centro de reducción de riesgos de cada municipio, recalcó.
El 31 de mayo último apareció el primer foco del caracol en el reparto Torre Blanca, de la capital provincial, y hasta la fecha suman 932 ejemplares los encontrados en el territorio.
Juan Llambías Peláez, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, detalló al semanario que en el reparto La Esperanza se detectaron en 10 viviendas; en Vista Hermosa, en 39; y tres moradas en la zona de Agramonte-Simoni, con predominio en jardines, microvertederos, zanjas, patios, entre otros.
En Cuba no se reporta de manera oficial ningún paciente con meningitis a partir del caracol gigante africano, pero sí se han comprobado animales con alta carga infecciosa.
Una de las conductas fundamentales a seguir por la población es evitar el contacto directo con el molusco, y para colectarlo deben utilizarse guantes o bolsas de nailon.
También se puede destruir la concha y enterrarlos siempre en una bolsa hermética, quemarlos de manera segura en algún recipiente, o sumergir los caracoles en una solución de sal o cal durante 24 horas.