CAMAGÜEY.- “Volveremos y seremos millones”, sentenció Evo Morales Ayma al abandonar la presidencia de Bolivia, para evitar una guerra civil que sumiera a la nación multinacional en un derramamiento de sangre de la población, ante el golpe de Estado consumado por la oposición derechista que sembró en el país la violencia y el caos.

Sin embargo, a pesar de la renuncia de Evo la oposición desató una feroz persecución de este, sus familiares y funcionarios del Gobierno, dentro de lo cual se incluye el incendio de su vivienda y la de su hermano, violencia que se extendió al saqueo de comercios e instalaciones estatales y privadas por grupos vandálicos durante la consumación de la asonada.

Estos hechos, que gozaron de total impunidad por el repliegue de la policía a sus cuarteles y la negación del ejército a salir a las calles a contenerlos, evidencian la complicidad de estas fuerzas con los golpistas, que sin embargo si han salido a reprimir las manifestaciones de apoyo al depuesto presidente.

La salida del mandatario se produjo como consecuencia de un plan desestabilizador concebido con anterioridad por la oposición y y el imperialismo norteamericano, para desconocer los resultados de las elecciones generales celebradas el pasado 20 de octubre en el caso de que Evo resultara ganador, como realmente sucedió.

Tan es así, que se han revelado audios en las redes sociales en los cuales los golpistas mantuvieron vínculos con senadores estadounidenses entre ellos Marco Rubio y Bob Menéndez para coordinar la conspiración con el tácito apoyo de la Organización de Estados Americanos (OEA), el faldero del gobierno de Donald Trump en la región, primero al acceder esta a participar en la auditoria a las votaciones, con lo cual se alimentó las dudas sobre sus supuestas irregularidades y después de esta, al declarar que “hubo un salto inusual en la votación de Evo” sin otras estadísticas de la investigación.

Y desde luego, no faltó la confirmación de la aplicación del manual de la CIA para derrocar gobiernos no afines, cuando Trump apareció declarando que era improbable que Evo ganara las elecciones, por lo que lo ocurrido en Bolivia era un momento significativo para la preservación de la democracia y el orden constitucional lo cual, además, constituía una advertencia para los regímenes “ilegales” de Venezuela y Nicaragua, dejando fuera a Cuba, no sabemos por qué, siempre insertada en su habitual retórica agresiva contra estas tres naciones.

Ante el clima de violencia desatado por la oposición derechista y fascista, contra las movilizaciones de apoyo de los partidarios del derrocado gobierno del MAS, Evo morales optó por aceptar el ofrecimiento de asilo del gobierno mexicano, país al cual arribó en compañía del vicepresidente Alvaro García Linera, y en sus primeras declaraciones en territorio azteca, agradeció al presidente López Obrador haberle salvado la vida. Evo viajó en un avión militar de la fuerza aérea de ese país, puesto a su disposición.

En Bolivia se abre un compás de espera, acéfala de gobierno por haber renunciado su presidente constitucional, el vicepresidente y el jefe delSenado desestimar asumir el cargo como le correspondería, habrá que esperar por las sesiones de los órganos legislativos, en los cuales el MAS tiene mayoría absoluta y cuyo Congreso no ha sido posible establecer, para nombrar un nuevo mandatario al cual aparece en sucesión la presidenta de la Cámara de Representante Jeanine Hayes, que pertenece al partido Alianza Democrática, de la oposición y que ya ha comenzado a hacer declaraciones y comprometerse a celebrar elecciones en el plazo de un mes como establece la Constitución para estos casos.

Mientras, los personajes Carlos Mesa y Luis Camacho, los rostros visibles de la conspiración golpista comienzan a disputarse la hegemonía en la conducción de los acontecimientos actuales, que debido al caos reinante y a las ambiciones personales de cada uno de los elementos actuantes solo podrán depararle a los bolivianos momentos muy difíciles y de claro retroceso en las conquistas alcanzadas durante los dos mandatos del depuesto primer presidente indígena Evo Morales.

Los cubanos nos unimos a numerosos gobiernos, personalidades e instituciones, movimientos sociales y partidos políticos que han condenado el golpe de Estado contra un gobierno elegido constitucionalmente y reclamamos respeto para la integridad física y los bienes de los funcionarios del derrocado gobierno y todos los ciudadanos de ese país.

Canciller mexicano describe salida de Evo Morales de Bolivia (+Video)