CAMAGÜEY.- Al adentrarnos en el contexto de la inmunología, la Dra. Maricela Velázquez Hernández, especialista en Inmunología y en Medicina General Integral (MGI), Profesora Instructor y Máster en Enfermedades Infecciones, del hospital pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de esta ciudad, dio a conocer sus características principales.

"Es una rama de la ciencia biomédica, de las más modernas y muy amplia. Su rol fundamental es el estudio de la respuesta inmune en los seres humanos y radica en la capacidad que tiene el sistema inmunológico de mantener el equilibrio entre el medio interno y externo, conocido como homeostasis, que es una propiedad de los organismos consistente en su posibilidad de mantener una condición interna estable compensando los cambios en su entorno, eliminando microbios, células envejecidas, células tumorales y participando en la reparación de los tejidos dañados".

Y añadió: "Tenemos células que circulan por el organismo y son las encargadas de buscar las sustancias nocivas, ya sean del medio externo o producidas por el interno y eliminarlas. Hacen su papel de defensa contra los microorganismos que nos rodean y su principal función es mantener ese equilibrio".

¿Cómo se enfrenta la especialidad de la Inmunología en los niños?

—Tenemos una historia en nuestro hospital Pediátrico de alrededor de 15 años desde que se abrió la consulta y no ha sido fácil por ser una especialidad del primer mundo que requiere de recursos muy costosos; sin embargo, con los recursos con que cuenta el país hemos sacado adelante esta ciencia.

¿Cuáles son las principales afecciones que presentan los niños para acudir a esta consulta?

—Atendemos a muchos con enfermedades autoinmunes, como: la artritis reumática juvenil, el lupus eritematoso, las nefritis, anemias hemolíticas de causas autoinmunes, a través de consultas multidisciplinarias en vínculo directo con otras especialidades como reumatología, hematología, nefrología, entre otras, pero los que más nos llegan son los niños con las inmunodeficiencias secundarias.

"La primaria está asociada generalmente a defectos genéticos, tanto de la estructura como de la función del sistema inmunológico; mientras la secundaria está relacionada con otros procesos, como con el uso de medicamentos; el alcoholismo materno o el consumo de drogas o sustancias toxicas, el hábito de fumar.

"También dentro de las secundarias encontramos aquellas inmunodeficiencias asociadas a las enfermedades endocrinas como: la diabetes mellitus, del tiroide, las suprarrenales, y secundarias a las enfermedades oncológicas y el tratamiento intensivo que se les aplica de radio o quimioterapia y una vez curada su enfermedad son enviados a nuestra consulta con un sistema inmunológico deprimido, entonces nos encargamos de estabilizarlo".

¿Cómo se les da seguimiento en dependencia si es primaria o secundaria?

—Tanto en una como en otra lo seguimos en el tiempo. Hay niños que llevan años en esta consulta porque padecen de una inmunodeficiencia primaria y son tratados aquí prácticamente hasta la adultez. Aquellos con algún componente genético son interconsultados con especialistas en genética y de esas consultas también nos llegan pacientes y al ser estudiados los encaminamos hacia la atención terciaria y son atendidos en los institutos nacionales de Hematología e Inmunología donde se completa su investigación.

"En el caso de las inmunodeficiencias secundarias son atendidos aquí cuando se sospecha de esa afección y hay señales de alerta o de peligro. Primero si conocemos de una historia familiar de inmunodeficiencia primaria importante, si padece de ocho o más sinusitis graves en un año, el que enfrenta un proceso infeccioso, le ordenan antibióticos diferentes y no resuelve o necesitan de antibióticos por vía parenteral (endovenoso o intramuscular), aquel que tiene infecciones profundas o severas, y es el que hace una neumonía comunitaria y se complica, por ejemplo, con un derrame pleural o con una sepsis severa.

"También quienes después de un dengue o la COVID-19 comienzan con otras enfermedades virales recurrentes. Aquellos que hacen infecciones graves con gérmenes poco comunes o que hacen infecciones polimicricrobianas, con alta resistencia a los antibióticos de amplio espectro.

"Igual aquellos que muestren diarreas persistentes o asociadas con pérdida de peso, sin causas aparentes, o que reflejan episodios de enfermedades autoinmunes. Hay niños que son traídos porque no ganan de peso y no crecen en correspondencia con la edad".

Ante estos signos de alerta, ¿qué deben hacer los padres?

—Es importante que lleven a sus hijos a su médico de familia o pediatra del área de salud para que sea remitido a la consulta de inmunología. Somos cuatro los especialistas y se ofrecen los turnos todo el año, consultamos de lunes a jueves, e incluso, a los niños que están ingresados los atendemos en el propio hospital a solicitud del médico de asistencia y luego pasan a la consulta externa.

¿Puede haber alguna relación entre la pandemia de la COVID-19 y su especialidad?

—Sí, sabemos que ha sido un reto para nuestros científicos la creación de las vacunas cubanas en tiempo récord para evitar las formas graves de la enfermedad y las muertes, y es conocido que pueden presentarse enfermedades autoinmunes postCOVID-19, pues este virus es capaz de provocar un desequilibrio del sistema inmune y es posible de que surjan desde inmunodeficiencias hasta enfermedades autoinmunes después de transitar por ese padecimiento.

"Hemos atendido casos, ese es otro desafío que tenemos. Solo vemos la punta de Iceberg, pero la estela de complicaciones y secuelas que deja son innumerables y hay trascendencias que aún no se conocen pero, tenemos la certeza que la ciencia cubana sabrá enfrentarlas.

¿Qué edad tienen los niños que más acuden a consulta?

—Hay un fenómeno que surge a partir de los nueve meses y es la hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia. Es ese niñito que comienza a caminar y los padres nos refieren que no se enfermaba hasta que comenzó el círculo infantil. Debe tenerse en cuenta que alrededor de esta edad coincide que los anticuerpos que pasaron a ese bebé a través de la placenta ya los consumió y entonces él comienza a elaborar los suyos por lo cual necesita de un tiempo para lograr el equilibrio y es fisiológico, también ese niño comienza a caminar y a tocarlo todo, a llevarse objetos a la boca a relacionarse con otros niños y otras personas y es algo que a veces la familia no entiende y hay que explicarlo, es normal que suceda. Otros niños pasan esta etapa muy bien porque tienen un sistema inmunológico más robusto y de ello también depende la predisposición genética.

Si tenemos en cuenta esos criterios, ¿puede decirme que sería más eficaz, llevar los niños a las llamadas casas de cuido o al círculo infantil?

—Apuesto por el círculo infantil por muchas razones. Primero porque la educación está personalizada por grupos de edades; y segundo, y muy importante, porque la flora bacteriana es la misma más o menos dentro de cada grupo etario. Por otra parte, si el niño estaba en la burbuja de su casa sin exponerse a otros microambientes al ponerse en contacto con otros que padecen de infecciones respiratorias recurrentes, parásitos, entre otras afecciones, esto hace desarrollar anticuerpos y células con capacidad protectora porque el sistema inmunológico necesita de esos contactos para aprender a enfrentarlos y en ocasiones los padres no lo ven así y quieren evitarlo.

"No obstante, en esas casa de cuido que sabemos han sido una alternativa por la falta de capacidad en nuestros círculos infantiles y por el aumento, cada vez más, de las madres trabajadoras se encuentran algunos comportamientos que no son adecuados por falta de preparación de quienes están a su cargo, los grupos son de niños de diferentes edades con necesidades de aprendizajes distinta, con desarrollo psicomotor a niveles dispares y por otro lado, con diversas floras bacterianas de acuerdo con su edad. Muchas veces las mamás nos refieren que aquí no los suspenden cuando están enfermos. De todas maneras, sabemos que algunas casas de cuido realizan una labor increíble y realmente resuelven un problema social, respeto a esas personas que realizan esta labor con mucho amor y seriedad.

¿El sexo en los pequeños determina a la hora de asistir a esta consultas?

—No hay grandes diferencias, es similar en ambos sexos.

¿Alguna recomendación a los padres?

—Acudir a su médico ante cualquier signo de alarma, nunca quedarse con dudas. El médico de familia sabrá identificar esas señales, orientarlos y enviarlos a nuestras consultas.