Este pudiera ser un comentario de cuello y corbata, con formalismos, tecnicismos y otros ismos; pero si vamos a hablar de familias no hay nada como las historias, esas que abundan en redes sociales, y en la bodega, en el consultorio, en la guagua, esas complejas y variopintas que habitan en el futuro Código que por estos días enriquecemos en barrios y centros laborales, y que a algunos les resulta indiferente... pues no, el Código trata de usted, de mí, de los míos y los suyos, no importa si comparten lazos sanguíneos, si su familia es un amigo o una mascota.