El llamado tiempo muerto de la pelota cubana ha traído más acción que de costumbre y no precisamente dentro del terreno. Resulta que un fenómeno que ya había echado a andar hace algunos años y que encontró su mejor catalizador en los equipos que dirigió el estelar Víctor Mesa, el “mercado de fichajes”, se ha robado los titulares de prensa y la atención del público.