Diseñada con y no contra el clima, según el profesor de la Universidad de Camagüey, Guillermo de la Paz Pérez, la arquitectura bioclimática optimiza las relaciones energéticas y ambientales entre el hombre y el clima local, mediante un diseño arquitectónico que aproveche los recursos naturales (sol, sombra, luz, viento, vegetación, lluvia, etc). Este investigador ha demostrado la valía y viabilidad de esa visión para la economía del país y la sociedad.