A inicios de 1895, la prensa integrista en La Habana desarrollaba una campaña con la información de que las autoridades estadounidenses, en cooperación con el espionaje español, ocuparon barcos y pertrechos militares en el puerto de la Fernandina, en la Florida, destinados a una sublevación independentista, lo cual fue celebrado por las autoridades hispanas en la Isla como el fracaso definitivo de una insurrección.