Fue algo inesperado para los tres, estaban recorriendo el entorno en un estudio preliminar de las características de estos parajes, cuando reciben un mensaje: vayan urgente a la casita de Suncía y Manolo -era donde tenían el campamento- que Lázaro Vázquez, primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) en la provincia quería verlos.

En el lugar, comentó Lázaro: "¿Qué tu dirías si Fidel Castro se aparece aquí de pronto?, manifiesta Carralero y hoy en medio de una carcajada añade: "Ojala, nosotros lo atenderemos y veremos qué pasa. Nos dijo: "prepárense y al poquito rato los helicópteros", y de uno de ellos bajaba Fidel y otros dirigentes del Gobierno.

"Empezó a hacernos preguntas, sobre todo de las investigaciones, de las características y de los elementos que nosotros creíamos como planificación física de los valores y potencial que tiene ese cayo para el turismo. Muchas preguntas, increíbles preguntas, reflexiones y dando indicaciones".

-¿Recuerdas algunas?

-Del respeto a la vegetación, qué ocupación de terreno le íbamos a hacer al cayo, cuestión que nosotros teníamos muy clarito porque sabemos que esos cayos tienen una belleza tremenda, pero son muy sensibles a la intervención del hombre.

"Él estaba muy complacido con las respuestas que les dimos. De verdad, nosotros estábamos muy preparados cuando aquello y habíamos recogido toda la información internacional, sabíamos de los errores que se cometieron en otros centros turísticos como Acapulco, que lo convirtieron en una ciudad."

"Sabemos de que el éxito del turismo está en mantener las condiciones materiales al máximo, de que las intervenciones del hombre deben ser las más respetuosas posibles para no matar las gallinas de los huevos de oro. Indiscutiblemente si se rompen los límites de ocupación de suelos, las distancias de la duna, la vegetación se maltrata o se elimina, eso puede afectar el cayo y allí mismo hemos perdido los valores que tenemos y el turismo cada vez más es hacia lo natural."

"Nosotros estábamos muy informados de los desastres ocurridos en lugares cercanos de aquí y el Caribe. Nosotros sabíamos y sabemos lo que queríamos para nuestros cayos".

De las reflexiones Carralero citó la idea, de que Fidel manifestó que "nosotros teníamos que coger lo bueno que se había hecho, la tipología, los materiales. Me acuerdo que yo le decía: Comandante las instalaciones nuestras, los edificios, los hoteles no deben ser más alta que las matas de coco. Eso le gustó mucho".

"Nosotros dijimos que queríamos crear un ambiente caribeño, un ambiente cubano, pero, sobre todo, un ambiente camagüeyano, para que el turista que venga aquí se encuentre con algo especial en Cuba, que no sea lo mismo encontrado en las playas de Villa Clara, en Varadero y en otras. Que Camagüey tenga sus características, su sello, siendo siempre caribeño y tropical".

El entrevistado sostuvo la necesidad de que se cumplan las indicaciones y las etapas del desarrollo turístico de Camagüey, de que Santa Lucía era la primera etapa, porque de hecho ya había empezado y tenía hoteles, y a renglón seguido Carralero mencionó las excelentes condiciones de Cayo Sabinal desde el punto de vista técnico para desarrollarlo. La electricidad está en Nuevitas, a pocos kilómetros, y el acceso terrestre está allí, el primer pedraplén que se hizo en Cuba. Y agua buena de los antiguos pozos del central Lugareño está esperando".

Para Carralero, que el Líder Histórico de la Revolución hablara elogiosamente del trabajo de él y de sus compañeros Casas y Ramos dijo: "A nosotros nos estimuló eso tremendamente porque estar en contacto con Fidel, con la historia del país dos días, es emocionante y un privilegio.

"La gente después no lo creía que estuvimos dos días acompañándolo y dándole información sobre aspectos técnicos y cómo salvar, recuperar y enriquecer el turismo de Camagüey".

-¿Qué imagen quedó en ti de Fidel?

-Él sabe de todo y sabía de todo. De los tipos de especie de la flora, la fauna, de la electricidad, de cómo llevarla, de los gastos de electricidad. Indiscutiblemente el que sostiene conversaciones con él se da cuenta de la inmensa capacidad, de la inteligencia y de la cultura que tiene.

Carralero fue seleccionado por el propio Fidel para que lo acompañara al día siguiente a recorrer el resto de los cayos, aparte de Cayo Cruz. Esa noche el arquitecto volvió para Camagüey, durmió en Tayabito, un motel a las afueras de la ciudad.

-¿Háblame del día 23 de septiembre?

-"Al otro día lo esperamos en Sabinal. Estuvimos allí primero que él y cuando llegó nos pidió disculpas por haberse demorado en unos minutos observando los búfalos. De inmediato comenzamos el recorrido y de nuevo preguntando la profundidad de las playas, la calidad de la arena, el tipo de vegetación y recogiendo elementos para después dar la estrategia de cómo enfrentar y desarrollar por etapa el turismo en Camagüey".

-¿Qué tiempo duró el recorrido?

-Más de mediodía. De siete a ocho horas, desde muy temprano pasado el mediodía. Horas inolvidables. Los helicópteros salían y se ubicaban en lugares estratégicos. Preguntaba cómo eliminar el sargazo y todos los obstáculos que podían interferir en el desarrollo del turismo de Camagüey".

-Hoy a 25 años del recorrido de Fidel por Cayo Cruz qué significa para Carralero ese encuentro con Fidel.

"Yo lo conservo en mi mente porque de los once millones de habitantes son pocos los que han estado con él", y sacó debajo de la manga un recuerdo inédito: "Cuando estudiaba en Nazareno en los últimos años la especialidad de Planificación Física él iba cada rato. Lo había visto y conversado con él. Una vez no había nadie y andaba buscando unos planos, llamé a la directora, me dijo dónde estaban y se lo llevé. También tuve el privilegio de estar solo con él y buscándole planos que necesitaba sobre el desarrollo de la provincia de La Habana. Tanto tiempo, como en septiembre de 1989, no. Muy pocas son las gente que han podido estar dos días acompañándolo, dándole información técnica y científica valiosa para tomar decisiones sobre el desarrollo de una provincia".

Miré al arquitecto. Él creyó que se había olvidado una pregunta: ¿Qué pasó con la cámara que tú tenías y quisiste fotografiar a Fidel?

"Estaba tan nervioso que no había manera que le pusiera bien el rollo a la cámara rusa Zenit para tirarle foto. Yo no tengo fotos de ese momento allí, las tantas cientos de fotos que se tiraron, de películas, grabaciones", cuestión que no le hubiera sucedido actualmente por el adelanto de las cámaras digitales.

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