CAMAGÜEY.- Al fondo de la policlínica Rodolfo Ramírez Esquivel se extiende por apenas 30 metros el soleado callejón Biosca, tal vez poco  conocido en nuestra ciudad, pero discretamente emboscado desde hace mucho entre las calles Ignacio Sánchez y Línea del Ferrocarril, a las mismas puertas del barrio La Vigía.

Por el entorno de la década del ‘40 el impetuoso desarrollo técnico y económico de la Empresa de los Ferrocarriles Consolidados de Cuba, en el nudo ferroviario de la ciudad   de Camagüey, necesitó obreros cerca de sus instalaciones, por lo que para oficiales de la compañía y trabajadores calificados facilitó el desarrollo de los repartos La Zambrana, Garrido, y   urbanizó gran parte de La Vigía. Para peones y eventuales, especialmente solteros, construyó las cuarterías Tres Banderas y Biosca, con 30 o 40 habitaciones cada una, dos o tres llaves para agua y media docena de letrinas. Según soplara el tiempo se pactaba el precio del alquiler de dichos cuartos.

Vista general del imponente edifico de Biosca No. 9.Vista general del imponente edifico de Biosca No. 9.

Tres Banderas pasó al olvido en años recientes, y donde estuvo aquel fondeadero de miseria se levantó sobre sus escombros  el magnífico conjunto de modernos y ventilados apartamentos; sin embargo, la cuartería de Biosca No. 9  transita hoy, con casi 80 años sobre sus tres pisos y 26 apartamentos, por las numerosas preocupaciones de sus ocupantes, quienes fruncen el ceño ante reparaciones mal acabadas e incompletas. El reclamo de los vecinos no ha tenido respuesta por parte de empresas y funcionarios involucrados en el programa de reparación emprendido por el Gobierno local, y lo cierto es que nadie ha controlado la calidad de la obra en ejecución.

Yusmelkys Góngora Hernández y los “pequeños detalles”.Yusmelkys Góngora Hernández y los “pequeños detalles”.

AL HABLA CON MOISÉS

Interesados en el tema a partir de quejas y señalamientos llegados a la redacción de Adelante, nos dirigimos al lugar. Un importante contacto dentro del edificio se realizó en compañía de  Rafael Gastar Moisés, vicepresidente de la Comisión de Servicios, Vivienda y otros programas de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Camagüey, y con experiencia como delegado de la circunscripción No. 57 en el Consejo Popular Vigía-Florat.

Durante la visita, el funcionario hizo un rápido bosquejo de la situación. “Este es un edificio muy antiguo, levantado para alojar una cuartería atípica, con tres pisos. Puede que sea la mayor de la ciudad. Imaginen aquel espectáculo con una sola llave para el servicio de agua de todos los moradores, letrinas colectivas, sin ventilación y un lavadero al fondo. Con los años, el lugar se llenó, incluyendo familias hacinadas en muy difíciles condiciones, donde llegaron a ‘malconvivir’ más de  400 personas de todas las edades”.

Mientras caminamos por los pasillos  de la cuartería, subiendo y bajando escaleras, nos invita este o aquel inquilino a pasar a su apartamento por aquello de que vista hace fe  y se  nos van reuniendo vecinos dispuestos y ansiosos por aportar su parte en la historia que escribimos hoy.

Añadió nuestro acompañante que para 2014 el Gobierno inició un proceso encaminado a  mejorar en lo posible la situación y convertir el lugar en un conjunto de apartamentos donde sus moradores poseyeran título de propiedad, porque hasta ahora y por años han transitado por el estatus de usufructuarios.

Se edificaron 26 apartamentos con un área de 25 metros cuadrados cada uno, beneficiando a igual número de familias. Por supuesto que para ampliar los espacios de los cuartos, y previa consulta con los convivientes, algunos pasaron a residir en otros apartamentos de la ciudad.

Según documentos que en su carpeta acompañan a Moisés, la reconstrucción estuvo a cargo de la brigada No. 2 de la EPIA No. 8, así como otras fuerzas de empresas constructoras en la provincia. Entonces nos revela que cuando se dio por concluida la obra con calidad, según control y fiscalización,   fue certificada, y se realizó la animada reinauguración del inmueble. La felicidad de los nuevos propietarios duró poco, porque por afectaciones ya presentes desde un principio comenzaron a revelarse deficiencias y charranadas multiplicadas. Desde entonces se han acometido otras intervenciones; la más reciente, el pasado año.

LA IMPOTENCIA DE SENTIRSE ENGAÑADO

“Vamos a comenzar por ser justos”, interviene María de la Caridad Quintero Martínez, bien   conocida como Nana, vecina del apartamento No. 5. Ella todo lo sabe y todo lo dice por lo claro, por eso viene a ser algo así como la voz cantante de aquella comunidad. “Vamos a comenzar por ser justos, repite, no todos los vecinos se interesaron   por la calidad de las obras, y por eso después de  mudados comenzaron a descubrir las chapucerías. Por otra parte, nadie de quienes deben hacerlo vinieron a revisar el trabajo cuando nos dijeron que la obra estaba terminada.

“Les pongo un ejemplo, tenemos una  gran deficiencia con el agua. La cisterna asignada al complejo de apartamentos no alcanza para abastecernos a todos debido al pequeño tamaño en relación con los seis tanques que suministran el líquido. Además,  la forma de instalación del sistema hidráulico no permite llenarla a tiempo y, por tanto, escasea. La batería de tanques no se encuentra a nivel y por eso se tardan en llenar unos más que otros, sin contar el mal estado de las llaves en los lavaderos”.

Por supuesto que no es solo el agua lo peor. En la larga lista de “birlibirloques” aparecen violaciones en las normas técnicas para la reparación de inmuebles, despilfarro, (¿o desvío?) de recursos, deficiente o ningún chequeo de lo que se hacía, y lo peor, la certificación de idoneidad de aquella obra. Esto pudiera develar un enrevesado proceso de estafa a las confiadas 26 familias residentes en los apartamentos del Biosca No. 9  si tenemos en cuenta las filtraciones, paredes agrietadas, pisos desnivelados, falta de instalaciones eléctricas, carpintería quebrada, ausencia de herrajes en sistemas hidráulicos... que, por supuesto, genera el descontento de  vecinos que, por años, y luego de reiterados planteamientos han quedado defraudados en la esperanza de contar, por fin, con una nueva y confortable vivienda.

Yusmelkys Góngora Hernández ocupa, junto con su madre,  los apartamentos Nros. 15 y 16. Por su vivienda libró enconada lucha con los mandos organizativos  y  constructores de la Dirección Municipal de la Vivienda, cabeza pensante y ejecutora del proyecto.  Ella recuerda un desagradable incidente al momento de la entrega del apartamento, cuando al expresar su descontento por la mala terminación del mismo, los funcionarios dijeron que era una exageración por su parte no recibirlo por unos “pequeños detalles”.

JUSTIFICACIÓN DE ALTO NIVEL

En busca de respuestas a los reclamos de los inquilinos de los apartamentos de Biosca No. 9, nos dirigimos a la  DMV, situada en Avellaneda No. 61. El martes 8 de marzo realizamos una primera visita, lo que nos permitió entrevistar a Belkis Sarduy Labarcena, directora, y Yaimara Duvergel Morales, subdirectora técnica, quienes nos sorprendieron al comunicar que no tienen ningún conocimiento sobre estos problemas porque son nuevas en los cargos. Asegura Belkis haber enviado a la inversionista, quien es también de nuevo ingreso, a realizar un levantamiento de los contratiempos para dar una posible solución.

El jueves 10 retornamos y nos dijeron que no podían atendernos porque las personas autorizadas a ofrecer respuestas andaban de recorrido. El viernes 11 regresamos por tercera vez y, según nos comunicaron, estaban ocupadas atendiendo a una visita de alto nivel. Por supuesto, aquí cerramos la agenda sin lograr que Vivienda en el municipio de Camagüey aprovechara la oportunidad de intervenir  en este reportaje donde aparece señalada hasta el cuello.

¿CÓMO SE MANEJAN LAS CUARTERÍAS?

La situación de las cuarterías en la ciudad de Camagüey es de larga data. Han proliferado no solo por el natural aumento de población, sino por el ineficiente control  del desarrollo urbano y el peor manejo de los asentamientos comunitarios, lo que genera  más necesidades que siempre impiden al Gobierno local facilitar servicios de ayuda a  personas vulnerables como en lo actual sucede.

Pocas veces los funcionarios de Vivienda  de este municipio han dado ejemplo de la necesaria experiencia para trabajar en función de las demandas y necesidades económicas, políticas y tecnológicas de las penurias de la ciudadanía en la estrechez habitacional que padecemos.

Para que se tenga una dimensión de tal problemática podemos apuntar que desde 2014 a la fecha el Gobierno del territorio ha trabajado en 17 cuarterías, que son a criterio de los técnicos las que más problemas presentan, aunque en realidad no a todas se les ha dado solución.

Precisamente sobre este tema Rafael Gaspar Moisés nos adelanta que a partir del  actual Plan de la Economía podrá hacerse firme el trabajo en cuatro cuarterías que enfrentan la más difícil situación: la de la calle Miguel Ángel Núñez, entre Quinta y Sexta, reparto  Florat, la cual lleva años en  su construcción; la del reparto Las Mercedes, detrás de la fábrica de helados Coppelia; la de la calle Teniente Cañón, en La Vigía, con muchos problemas agravados debido a una mayoría de inquilinos ancianos o personas enfermas, y la de la carretera de Palomino, en el Consejo Popular Agramonte-Simoni.

Añade con justa razón Moisés que “un problema grave que enfrentamos son algunas personas y familias que no se ocupan de las obras que se ejecutan en sus  viviendas y dejan esa responsabilidad  a otros. Antes estaban las microbrigadas sociales en las cuales los interesados las integraban ayudando a construir sus casas, por alguna razón se tomó la decisión  de disolverlas cuando en verdad aportaban beneficios en el aprovechamiento de los materiales y la calidad del trabajo en cada circunscripción donde estuvieron”.

PARA LA REFLEXIÓN

Por lo que respecta a este equipo de periodistas, sabemos que lo aquí expuesto precisa la respuesta responsable que esperan y necesitan los vecinos de Biosca No. 9. Mas, con demasiada frecuencia tropezamos con la misma piedra, y aunque muchas veces la prensa denuncia y señala, no siempre hay respuestas objetivas o nos llegan verdades solo a medias.

Cuando seamos capaces de ver los asuntos desde el corazón y sentir el bien ajeno como propio, libraremos una gran batalla contra la irresponsabilidad, la falta de profesionalismo y la chapucería.