CAMAGÜEY.- El beneficio de las abejas suele medirse atendiendo a los productos que provienen de ellas directamente. La miel es, por supuesto, el más popular. Estos insectos increíbles son mucho más que la famosa sustancia ámbar pues de ellos depende la polinización de 70 de las 100 especies de cultivos que proporcionan el 90 % de los alimentos del mundo.
En los campos de Camagüey, como en el resto de Cuba el género Apis encuentra refugio seguro y floraciones silvestres. Muy diferente es su realidad en otras regiones del planeta donde sus poblaciones han sufrido una disminución drástica en los últimos años por las prácticas de agricultura extensiva y fenómenos meteorológicos a consecuencia del cambio climático.
MIELES DEL NORTE
Las flores del bejuco Indio ya se asoman sobre las copas de los árboles. Esta planta trepadora tiene “sitiado” al apiario Los Sánchez. Significa un buen augurio para los apicultores de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC) apícola Jorge Fernández Bello.
Después del Indio se pintará el paisaje con las campanillas blancas y moradas; de cuyas floraciones (de octubre a diciembre) se obtiene el 50 % de la miel del año en la provincia, con óptima calidad para la exportación.
Lejos queda la comunidad San Juan de Dios, a 12 kilómetros de la cabecera municipal de Esmeralda, mucho más intrincados los 18 apiarios con las 538 colmenas de la UBPC, una de las cuatro que en el territorio se dedica a este renglón. Alexis Hernández Ares, su presidente, asegura que a pesar de la sequía que afectó la región norte de la provincia en el presente calendario, no habrá dificultades para cumplir con las 22 toneladas de miel previstas, los 385 kilogramos de cera y 40 de propóleos.
La mayor de las garantías para la base productiva es su gente: estable, joven en su mayoría y comprometida. Adrián, Eduardo, Oscar, Antolín y Yunieski batean a las dos manos, lo mismo cargan sobre sus espaldas las pesadísimas colmenas en la trashumancia hacia la costa, que reparan lo que haga falta o ponen la cal frente a las piqueras para evitar los ácaros.
El trabajo resulta duro, siempre en lugares lejanos, con mucha plaga, además del riesgo latente de sufrir las dolorosas picaduras. No obstante, los muchachos aseguran que por increíble que parezca ya les gusta la apicultura. Insisten en que las cosas hay que hacerlas bien para que la miel sea abundante y con calidad, saben que de ello depende el prestigio del producto cubano, establecido ya en el mercado del viejo continente.
PALACIOS PARA LAS REINAS
En el incremento sostenido de las producciones de miel que ha experimentado la provincia a partir del año 2010, el Programa de Mejoramiento Genético de Abejas Reinas es protagonista. Mario Octavio Ferrán Hernández, especialista de genética de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Apícola Camagüey, insiste en los beneficios del empleo de reinas certificadas y en su cambio anual.
“La reina constituye un factor importante dentro de la colonia pues su genotipo determina su fortaleza y por consiguiente sus producciones. Una reina joven puesta en sustitución de una vieja o ante caso de muerte súbita asegura la enjambrazón y el aumento de los rendimientos. Al inicio del programa había resistencia por parte de los productores, poco a poco eso ha cambiado”.
Según asegura el especialista el cambio de la monarca garantiza un adelanto de 50 días en la cosecha. En la actualidad funcionan en Camagüey 11 centros para cría de abejas de probada genética, los cuales deben sumar al terminar el año unos 17 000 ejemplares, lo que garantiza a cada colmena su reemplazo.
Cuentan con dichas instalaciones los municipios de Santa Cruz del Sur, Vertientes, Najasa, Camagüey, Minas, Esmeralda y Guáimaro. Se debe a la prioridad de la UEB de acercar las mismas a las regiones con mayores colmenares.
El centro Santa Susana, también ubicado en Esmeralda, es una referencia del buen hacer en el territorio. En él destaca no solo su cuidado meticuloso, con el que se ha logrado un bellísimo jardín con fl ores de mantenimiento para cuando escaseen en los alrededores. Niurkis Hernández Ares, Rolando Rodríguez Parada y María Dolores Ramos Ramírez se entregan a él de lunes a lunes, lo que les ha permitido alcanzar producciones de enero a diciembre de 1 200 reinas.
Cada ejemplar se comercializa por un valor de 86 pesos en moneda nacional a través de la UBPC Jorge Fernández Bello. Sin feriados ni cumpleaños se le van los meses a este trío, atareados entre pequeñas colmenas núcleos, paternas, maternas, educadoras y auxiliares. Además de sus muchas tareas atienden un círculo de interés con los niños de la comunidad San Juan de Dios.
CAMAGÜEY ASPIRA A SER MÁS DULCE
Los apicultores de la provincia trabajan para incrementar la producción y acopio de miel de abeja con destino a la exportación, fundamentalmente al mercado europeo. Al cierre de septiembre se acopiaron un total de 411.9 toneladas, 7 580 kilogramos de cera y 976 de propóleos. Ello representa una importante inyección de divisas al país, pues, aun con la caída de los precios por causa de la crisis económica mundial, una tonelada de miel se cotiza entre 1 200 y 1 300 euros.
Tales logros son fruto del esfuerzo de 255 apicultores, agrupados en 44 bases productivas, los cuales manejan 17 228 colmenas (cierre de septiembre). El 99 % de las mismas están en el sector privado. Los municipios de Santa Cruz del Sur, Vertientes, Najasa y Minas poseen el mayor número de colmenas y las mejores floraciones de nuestra geografía.
Según explicó Omelio Barba Alonso, director de la UEB camagüeyana, los resultados ascendentes se han alcanzado como consecuencia del mejor manejo de los apiarios, el programa genético y el sistema de trabajo diseñado para estar cerca de la gente, acercarles los insumos al campo y ayudarlos a resolver los entuertos que se presenten en el camino. Apuntó además a las acciones de capacitación como un logro en este período. Todo ello a pesar de que no hay una correspondencia entre el trabajo, los resultados y el salario promedio a los trabajadores.
“Este aspecto debe transformarse con los cambios que hoy se realizan en la economía cubana”, apuntó. La UEB fue reconocida en los últimos tres calendarios como la de mejores resultados integrales en el país, atendiendo a los indicadores económicos y productivos. En cuanto a los volúmenes productivos se ubican en cuarta posición, después de Matanzas, Villa Clara y Sancti Spíritus.
Según explicó el directivo la miel que se acopia en territorio agramontino la procesan en la planta de beneficio de Contramaestre, en Santiago de Cuba. Posteriormente se agrupan en lotes, de acuerdo con la humedad y el color, para su comercialización allende fronteras.
La misma se reconoce en el mercado internacional por ser una obtención natural, inocua. Constituye una ventaja que en el manejo de las colmenas no se utilizan químicos ni medicamentos. “Nuestros productos han ganado un prestigio en el mundo. Tenemos el desafío de mantenerlo y de crecer”.
El récord de 1 080 toneladas alcanzadas en 1983, ya no parece un imposible para los apicultores camagüeyanos. Ellos trabajan para que el 2030 dibuje una nueva gráfica histórica con 1 230 toneladas. Si la naturaleza los acompaña sueñan con lograrlo antes. Sostienen el firme propósito de seguir endulzando a Europa.