JIMAGUAYÚ,CAMAGÜEY.- Llegar a Limones no es fácil. No lo ha sido nunca para un destino sin transporte ni en tiempos normales. No importan las indicaciones clarísimas de que “carretera de Santa Cruz del Sur, kilómetro 17, cuando pases la escuela dobla a mano derecha y a nueve kilómetros está”… no es así, o simplemente, no está tan claro.
De Limones nada ni nadie entra ni sale si no es encima de una araña, a pelo de caballo, en bicicleta o motor. La ruta la hacen dos caminos: uno bueno —por el que tienes que preguntar y preguntar a falta de señales, sobre todo cuando la aplicación de los mapas (apk maps) te ha metido las dudas en el cuerpo—, y otro malo, no, malísimo, por el que no olvidarás en mucho tiempo haber pasado al punto de pensar que algunos curiosos hasta “apostaron” la distancia que te atreverías a recorrer. Pero esa no es la historia, y, seamos sinceros, de las vergüenzas casi nadie escribe.
Limones es un pueblo humilde, como muchos en la Cuba nuestra, una zona rural, a pocos kilómetros “del asfalto” donde su gente se enorgullece de hacer parir a la tierra y de ordeñar vacas desde el amanecer. En lugares así está de más asegurar que solo se habla un idioma: claro y de frente, y puedes aquilatar la sinceridad en los rostros.
En Limones no hay acciones fatuas. Por eso en medio del camino perdido nos guio la bandera que ondeaba alto, la tricolor que más sabe de montes y manigua en esta Patria, y las banderolas y los saludos como a la familia (aun en la distancia como impone la COVID-19).
Donde las personas tienen callos en las manos no los tienen en la lengua, y muchas veces sucede que son humildes en plenitud de virtud y hablan primero de lo colectivo porque para ellos, allí está la grandeza. Fuimos a ver con nuestros propios ojos la venta de productos de primera necesidad que hizo en la comunidad la Cadena de Tiendas Caribe, pero ya le digo, para sus 345 habitantes hay cosas más importantes de las que hablar primero.
LA TIERRA, LO PRIMERO
“Mire, la cooperativa Camilo Cienfuegos de aquí de la zona, es productora de leche, asegura Humberto Galvés al tiempo que remarca con el tono de la voz sus siguientes palabras, y nos dedicamos a los cultivos varios. Cada campesino sabe que tiene que poner la comida en el plato de los vecinos, la Revolución nos dio la tierra para ponerla a producir. Tenemos 18 productores y cada uno tiene el compromiso de sembrar una hectárea de comida, ya tenemos diez llenitas de yuca, calabaza, frijol caupí, y todo está bien hablado y contratado. Contamos con 15 campesinas en el movimiento de avanzada y cuatro productores destacados en la leche, así como más de 12 jóvenes. La cosa se va a poner bien dura sobre todo con lo que va a costar en alimentos después de esta pandemia, por eso los campesinos no podemos dejar de trabajar”.
— Pero ahora mismo están aquí en la tienda de víveres en otros trajines…
—¿Vio qué cosa más linda? ¡La Revolución no deja a nadie solo! Hasta aquí, que no es fácil llegar, vinieron estos compañeros a traernos pollo, detergente, aceite, papel sanitario y leche condensada. Esas son las cosas que se nos hacen difícil buscar porque hay que salir a la ciudad.
Desde la cola lo llaman, le toca comprar, pero hay mucho todavía por escuchar entre estos guajiros nobles.
“Estamos muy agradecidos por esto, confiesa René Nápoles vicepresidente de la Cooperativa Marcos Martí. Esto hay que retribuirlo! No puede ser que vengan hasta acá con lo que uno necesita, y más, y de aquí no salga nada, sobre todo cuando tantos recursos se le han dado al campesinado. Nos toca salvar el patrimonio más grande de este país: la tierra, y tenemos que sacarle la comida del pueblo.
“Nosotros somos 67 campesinos en 30 fincas, ya tenemos tres caballerías en movimiento, dentro de tres o cuatro meses es la comida de esta comunidad. Se siembra de todo plátano yuca, boniato maíz, tenemos la semilla y las áreas listas, gracias al apoyo de la empresa Triángulo cinco que nos ha preparado las tierras, lo que esperamos es un poco de agua para sembrar. Usted va a ver, vamos a va a seguir pa’ lante sin dejar de cumplir el plan de leche”.
“¿Sabe lo que pasa? —nos llama la atención Elvio Hernández Velazco, vecino de la circunscripción 17— que este país es exclusivo mi’ja. No solo para nosotros sino para el mundo entero. No hay palabras para expresar el orgullo por la Revolución. ¿Vio cómo regresaron los médicos de Italia? Son unos héroes, y no solo ahí, están en más de 20 naciones, uno se emociona con eso.
“De esta venta supimos hace unos días, y cuando nos avisaron ya el día fijo, pues vinimos desde temprano, pusimos todo bonito, armamos la cola y estamos muy contentos por todo lo que trajeron y por la atención tan buena que tienen los muchachos, además son muy rápidos”.
HACER PARA DECIR
No es Limones el primer destino de Tiendas Caribe. Desde el inicio del SARS-CoV-2 en Camagüey, ya suman 241 los centros a los que ha llegado esta organización “tenemos la misión de llegar a los centros de trabajo vinculados al Salud y a las comunidades de difícil acceso. Esto lo hemos hecho con las tiendas principales en cada municipio que han asumido el movimiento hacia los lugares donde más falta hace y con dos puntos móviles desde la cabecera provincial que trabajan de lunes a sábado.
“El propósito es acercar al cliente los productos y brindar un servicio de calidad, que es nuestra razón pues somos servidores públicos. Todos estos recorridos son aprobados por los Consejos de Defensa, y ofertamos en las comunidades e instalaciones un módulo con los productos que tengamos en existencia”, nos explicó Carlos Alberto Gallo, director de la cadena en Camagüey.
“Parece un lema pero no lo es, la Revolución ha llegado a los lugares que más lo necesita, nos dijo Yanet Benítez, la doctora del consultorio médico. La población aquí está muy envejecida, y los abuelos tienen garantizadas las comidas en un sistema de atención a la familia, pero hay otras cosas también necesarias y hoy les están llegando con la gente de Caribe. Ahora, en esta situación excepcional no solo tienen garantizados los servicios de salud, las pesquisas todos los días, aun cuando el consultorio radica a cinco kilómetros de aquí, en Jesús María, y abarca a 1182 personas, hasta Victorino, sino también este servicio. Hay que agradecerlo, ellos tampoco han dejado de trabajar y se han entregado a esta nueva misión, también tienen un rol muy importante”.
Hace un año y medio se electrificó Limones. “El problema más grande que tenemos es el transporte, pero hay confianza en que se resolverá todo, comentó Lázaro Vega Caballero, delegado circunscripción 17 del consejo popular rescate del municipio de Jimaguayú, esta venta significa una gran ayuda, porque así la gente no tiene que caminar los nueve kilómetros hasta la carretera, o con los medios que cuente para llegar hasta la cabecera municipal o hasta Zona + para hacer sus compras. Este es un noble gesto en el que no solo están incluidos los vecinos de Limones, sino los de las circunscripciones 16 y 18, además a las familias que tienen problemas con encamados o niños enfermos se los llevamos hasta su casa, aquí no quedó nadie olvidado”.
Limones es un poblado intrincado donde hay 137 viviendas y viven 345 personas. Cuenta con tres formas productivas, dos cooperativas y una unidad básica de producción. Es lechera por excelencia y también trabajan la siembra de cultivos varios, y tienen un punto de enfriamiento de leche; según sus habitantes lo más lindo que tienen es su escuela rural mixta.
Hasta allí, donde nada se gana sin ponerle el pecho al surco, fueron de la ciudad a llevarles en jabitas de nailon los productos más necesarios. La contentura se les desbordaba por los ojos y por las galas con que se vistieron para la ocasión. Y tal parecía que el ejercicio de dar iba para el campo pero en la acción además llegaban las gracias porque de la tierra vivimos todos y en Limones están quienes la sudan y la cuidan. Antes de irnos, Elvio nos llamó la atención: “fíjese, todo lo que dijimos fue sincero”, y sé que por debajo del nasobuco los dos sonreímos, entonces solo queda repetir lo que afirmó Humberto “no hay más nada que decir”.