CAMAGÜEY.-En la zona de Las Clavellinas, a 18 kilómetros de la ciudad de Camagüey, funciona desde finales del mes de septiembre una granja avícola singular. Sus huéspedes (56 000 gallinas ponedoras de raza leghorn) viven en cuatro baterías de jaulas de cinco pisos cada una, cuentan con 25 extractores de aire y dos paneles de enfriamiento que mantienen una temperatura fresca y constante; y la alimentación, la recogida de los huevos y la evacuación de las excretas se realiza de forma mecanizada.
La Unidad Empresarial de Base (UEB) No. 20 El Uvero, es la segunda en el país que cuenta con tal desarrollo, después de su similar del municipio pinareño de Consolación del Sur, inaugurada en julio pasado. La instalación, de tecnología alemana Big Dutchman, posee una nave de producción de 130 metros de largo por 12 de ancho; otra contigua a donde, mediante esteras, van los huevos para su acopio; silo de pienso, grupo electrógeno, turbina con tanque elevado y panel solar, y edificación para uso socio-administrativo.
El salario mínimo de los trabajadores, una vez vinculados a la producción, será de 2 000 pesos.
HOSPEDAJE CON CONFORT
A diferencia de las granjas tradicionales que se encuentran a lo largo y ancho de la Isla, donde las aves están expuestas constantemente a estrés por las altas temperaturas, la humedad u otras condiciones climatológicas adversas, esta edificación cuenta con un sistema de ambiente controlado que logra estabilidad entre los 21 y los 27 °C.
Alex Yurixander Ávila Ponce de León, especialista veterinario de la UEB, ve una de las principales ventajas de esta tecnología en el mayor confort para los animales dentro del galpón, lo cual favorece una mayor producción. “No solo influye la temperatura, sino la estabilidad en los horarios de alimentación, programados para las 7:00 a.m. y las 3:00 p.m., el suministro de agua y la garantía de la luz artificial. En una granja normal el por ciento de puesta es de un 70 % aproximadamente y aquí debemos lograr un 90 %.
“Otro mérito consiste en las estrictas medidas de bioseguridad vigentes, entre estas, el área para la desinfección de vehículos y filtros sanitarios de acceso a la nave de producción, lo que ayuda en la prevención de enfermedades en el rebaño”, apuntó el especialista
Fermín Gómez Lazonzet laboró antes en una granja avícola. Ahora, operario especializado en el viper touch, panel de control computarizado de la planta, compara las mejoras de las condiciones de trabajo. “Esto es otra cosa. Con botones controlo la humedad, la temperatura, la recogida de los huevos y las excretas, así como el suministro de la alimentación. Si hay alguna rotura suena una alarma. Por las noches la máquina se mantiene programada.
“Eso no quiere decir que se trabaje poco, por el contrario. Los tres del área de producción nos encargamos de la limpieza diaria de la nave —que es muy grande— y de los comederos, además de revisar una a una las jaulas para saber el estado de salud de los animales, y destrabarlos, en caso de ser necesario. La tecnología está avalada para 25 años de explotación. Nosotros somos los responsables de cuidarla y darle el mantenimiento adecuado para que perdure”, precisó.
La reducción de la fuerza de trabajo es considerable. Allí laboran 21 personas, cuando una tradicional, con la misma cantidad de animales, requiere 56.
Por metro cuadrado admite 42 aves, mientras en otras unidades, con la tecnología tradicional, la cobertura es solo de 12.
UNA NAVE DEL PRIMER MUNDO
“Los avicultores estamos acostumbrados a trabajar mucho, y a hacerlo todo manual. Esto para nosotros constituye una joya, una nave del primer mundo”, dice mientras contempla la obra que vio levantarse desde los cimientos Alberto Doval Rivero, director de la instalación.
El costo de la inversión se calcula sobre los dos millones de pesos moneda nacional y 700 000 euros por la adquisición de la tecnología. Alexei Govea García, vicepresidente del Grupo Empresarial Ganadero (GEGAM) reconoció como un logro el encadenamiento con la industria nacional. “Toda la estructura de acero que soporta la nave galpón y la del almacén se produjeron en Cuba, lo cual disminuyó los costos”.
Según Doval Rivero, la incorporación de los animales se completó el pasado 25 de septiembre. “Fueron seis jornadas de empeño, muchas de ellas se extendieron hasta las dos de la madrugada. Lo logramos gracias al apoyo de trabajadores de otras unidades. Con el paso de los días se incrementan poco a poco los niveles de puesta, durante un período de adaptación que debe prolongarse hasta el 10 de noviembre.
“Será entonces cuando la granja alcance o se acerque a su capacidad productiva. Se prevé obtener como promedio más de un millón de huevos cada mes. De concretarse, en el año sumarán más de 13 millones de unidades, una fuerte inyección para la Empresa Avícola camagüeyana que permitirá el cumplimiento de sus compromisos con la canasta familiar, el consumo social y el turismo”.
La aspiración de los avicultores de Camagüey es llegar por primera vez a los 130 millones de huevos en el 2019. En la materialización de ese sueño-compromiso, las gallinas vips darán un importante impulso, pues durante noviembre deben cacarear su primer millón de posturas.
Por razones de bioseguridad, todos los vehículos que entren a la UEB deben pasar por la moderna área de desinfección.
Principales inversiones del Ministerio de la Agricultura en Camagüey Programa de desarrollo porcino Centro Multiplicador Porcino de Minas (2019). Cultivos Varios Programa de modernización de riego en la empresa pecuaria y citrícola Sola, de Sierra de Cubitas (2020). Programa de desarrollo arrocero Recuperación de capacidades de almacenamiento de 80 toneladas en la base de silos y báscula Brasil, Esmeralda. Planta de secado de arroz de Esmeralda (diciembre). Planta de secado de cuatro silos para almacenamiento de arroz en el molino arrocero Libertad, Florida (diciembre). Recuperación de pista de aviación Sierra Maestra, Vertientes (2019). Centro de ceba El Macho, proyecto cárnico Camagüey, empresa Maraguán (2020).
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