De profesión: maestra, la imagen que tenía de nuestro país es que iba a encontrar mucho calor y mucho sol. Sin embargo, los días que pasó en Camagüey fue de lluvia y relativa humedad. "He encontrado personas alegres, riendo, contentos y espero regresar a Cuba".
Toscana formó parte del grupo de miembros de la Asociación de Amistad Suiza-Cuba que permaneció durante tres días en la centro oriental provincia de Camagüey e intercambió con sectores de la ciencia, la educación y gubernamental.
Tiene la opinión de que cuando se hable de Cuba tiene argumentos para defenderla por el ejemplo de resistencia frente a las agresiones contra su pueblo.
Ella en Ticino, de manera voluntaria, desde hace trece años, desarrolla una labor de cuidad enfermos --hombres y mujeres-- con cáncer en hospitales y en las casas junto con los médicos.
Dice que escucha lo que ella necesitan y solamente tocándolos, expresa, es una muestra de aliento y de ayuda.
La exhortamos que siguiera por ese camino humanitario y dijo que a ella la llena esas pequeñas cosas.
Según Federico Jauch, presidente de la Asociación de Amistad Suiza-Cuba, conoció a Toscana en un viaje de solidaridad a Vietnam.
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