CAMAGÜEY.- Quienes lo conocen bien dan fe de su constancia y de su entrega. Aseguran que el profe Julio Madera no anda por la Universidad haciendo alardes de sus méritos sino que trabaja, trabaja sin descansos para impulsar a otros y, así, en el camino, lograr las metas que le ponen (y él se impone) en la Academia, la investigación y la vida.
A sus 47 años el Dr.C de la Matemática Julio Madera Quintana es profesor titular y vicerrector primero de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz (UC).
El areté del también Licenciado en Ciencias de la Computación prueba que ello no es obra de las casualidades: experto de la Junta de Acreditación Nacional de Cuba para programas de postgrado e instituciones; miembro del tribunal nacional de doctorado en Automática y Computación, de la junta directiva de la Asociación Cubana de Reconocimiento de Patrones dentro de la Sociedad Cubana de Matemática y Computación, del comité evaluador de los reconocimientos ANUIES-TIC, de la Red Iberoamericana de Matemática Educativa Auspiciada por la Asociación Universitaria Iberoamericana de Postgrado, y de la Cátedra Honorífica Milagros de la Caridad Gutiérrez Álvarez para el desarrollo de la cultura matemática.
Además, es revisor de las revistas Retos de la Dirección, Producción Animal, Revista Cubana de Ciencias Informáticas e Ingeniería y Competitividad.
Todo inició 32 años atrás, cuando en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Máximo Gómez Báez comenzó a participar en concursos de Matemáticas. Desde entonces han sido su pasión.
En la Universidad Central de Las Villas empezó su interés por el procesamiento de imágenes. Después de graduado, mientras trabajó en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la provincia se dedicó a la investigación teniendo como fin la optimización de procesos con algoritmos probabilísticos, la aplicación de su trabajo de grado y que ha resultado ser su campo principal de desarrollo científico durante su carrera.
Obtuvo el primer y segundo lugar en la competencia Evolutionary Computation in the Energy Domain: Smart Grid Applications en el marco del congreso internacional GECCO 2020 y del IEE WCCI’ 20 y ha participado en eventos internacionales en México, Portugal y Cuba, en algunos de los cuales ha impartido conferencias especiales. Ha desarrollado actividades de postgrado en diferentes universidades cubanas, en la Universidad Panamericana de México; Universidad ISA de República Dominicana; en la de Estudios Internacionales de Hebei, China y en la de Gante, Bélgica.
La mayoría de estos datos solo puede leerse en su currículo porque el profe Julio no habla de eso. Se organiza, cumple cada compromiso con rigor, llega puntual, habla diáfano y no se regala; recorre de ida y vuelta varias veces al día la UC. A él solo lo precede su trabajo, a eso dedica su tiempo.
-¿En el desarrollo de su labor como científico ha sido importante la SCMC?
-La profesora Milagros Gutiérrez logró que la delegación de base de Camagüey tuviera un trabajo estable; después de su fallecimiento tuve la misión de asumir la presidencia por ocho años.
“Indiscutiblemente es un espacio necesario y relevante para los investigadores tanto de la matemática como de la computación y a partir de allí se hacen presentaciones a eventos. Dentro de la sociedad se desarrolla cada dos años el COMPUMAT donde todos sus miembros presentan materiales y alterno a este el congreso de Reconocimientos de patrones. Son espacios de intercambio y de actualización de la visión de esa rama en Cuba y en el mundo”.
-En los últimos años mucho ha impactado el grupo de investigaciones de matemática aplicada no solo en la UC sino en la provincia. Qué opinión tiene al respecto.
-Se trata de llevar las teorías a la práctica, de que todo impacte en la solución práctica en problemas reales. Tenemos doctorados en curso relacionados con el uso de la energía renovable a partir de distintos emplazamientos: eólica, solar... en la búsqueda de optimizar su uso de una forma más eficiente y menos dañina al medio ambiente.
“Trabajamos en la termoeléctrica 10 de octubre de Nuevitas en el diseño de un sistema inteligente de sopleteo para la limpieza de las calderas, en asuntos relacionados con la producción de camarón, en las redes inteligentes de energía, y en la optimización del uso del transporte para el enfrentamiento a la pandemia en cuanto al gasto de combustible, las distancias a recorrer y los tiempos de entrega de insumos".
-Todo este trabajo se gratifica hoy con la nominación al “Pablo Miquel” 2021…
-En gran medida. Al expediente presentamos la labor realizada en los últimos 10 años que se sintetiza en tres resultados concretos: la creación de algoritmos con estimación de distribuciones basados en pruebas de independencia y modelos univariados, y el uso de técnicas de inteligencia artificial basadas en modelos probabilísticos avanzados, en ambos como autor principal; y la didáctica del cálculo diferencial y del álgebra lineal para carreras de ingeniería, con una participación como colaborador.
-¿Aplica también las matemáticas para conjugar investigación, docencia, administración y el hogar?
-Casi, casi. Sonríe y vuelve a juntar las manos sobre los hombros --su forma reservada de andar por el mundo no le dejará decir mucho más. La docencia es fundamental, tengo la suerte de poder conjugarla con mi área de investigación que es la programación; además, forma parte del credo de los cuadros aquí en la UC, siempre seremos docentes, nuestro lugar natural al concluir las tareas administrativas es regresar a la facultad y seguir formando profesionales, para ello no podemos desligarnos, ni disminuir el rigor. El intercambio con los estudiantes en el aula nos retroalimenta.
“Además, hay que optimizar los tiempos. Cuando termino en la oficina tengo que dedicarme a la investigación o a la preparación de las clases, eso lleva un entendimiento de la familia, que está allí animando todo el tiempo. Al final es un gran esfuerzo y sacrificio de todos, pero merece la pena, siempre”.