CAMAGÜEY.- Como obrero de la industria azucarera, Francisco Poll Fiz, ha sido electo por sus compañeros de faena para representarlos en tres congresos del Partido Comunista de Cuba.
Ahora participa en la magna octava cita, hasta el 19 del presente abril. En todos ha presentado los proyectos e ideas de cómo la empresa socialista puede y necesita ser más productiva y eficiente.
Desde agosto del pasado calendario se desempeña como director de la refinería Ignacio Agramonte de Florida, pero muy joven contribuyó a levantar los cimientos de la única Fábrica de Sorbitol de Cuba, casi en el traspatio de su actual ingenio azucarero. Por ello siempre enarbola en los congresos comunistas las ganas de que el sorbitol camagüeyano y sus derivados, y las producciones de azúcar crudo y refino, sean suficientes para el consumo nacional y las exportaciones que tanto precisa la economía del país, más en tiempos de asedio imperial y de pandemia.
De sus progenitores, Francisco Poll y Benicia Fiz, descendientes de haitianos, supo de la discriminatorias épocas sociales y económicas en que malvivió su familia, mas él --por suerte-- nació hace 56 años con la Revolución de Fidel y por eso hoy el ingeniero químico experimentado no escatima horas ni esfuerzos para brindar sus conocimientos en ambas vertientes de la rama azucarera, imbricadas en una misma Unidad Empresarial de Base (UEB).
“Mi familia campesina siempre se dedicó a las duras faenas de la caña: mi mamá trabajó en una grúa de la antigua colonia cañera el Quirche; mi padre laboró en esa zona, en la conocida por La Tumba y en distintos cañaverales del hoy municipio de Carlos Manuel de Céspedes, fue un dirigente cañero incansable y revolucionario. Yo no conocí otra época que no fuera esta, la socialista de mi Cuba solidaria e internacionalista que jamás será comparable con la que mis padres padecieron, por eso soy comunista”.
Francisco Poll Fiz no es de mucho hablar: le gusta más hacer que decir, pero no se calla ante nada ni nadie cuando se trata de defender la Revolución y echar para adelante el trabajo y bienestar de los obreros y de la economía.
Por eso el lunes de nuestra visita, con su corazón en la refinería y un pie casi en el Octavo Congreso, esperó en su escenario laboral para la conversación con el equipo de Adelante, no sin antes lamentarse de que la refinación de azúcar estaba detenida ese día por falta de agua proveniente de la conductora Caonao.
Explicó que el año anterior pese a convertir la “Ignacio Agramonte” más de 50 000 toneladas de crudo en refino de calidad aceptable, el azúcar parda, materia prima de la producción final, no fue bueno y contribuyó, junto a la escasez de bagazo, a gastar más fuel oil que el planificado en anteriores procesos. No obstante, el ahorro de combustible fósil, por el uso de biomasa (bagazo, marabú y otros), y la calidad del refino, caracterizan ese colectivo de AzCuba entre los más eficientes y productivos de su tipo en Cuba.
“Este año --dijo Poll Fiz-- vamos a superar esos indicadores de eficiencia, porque hemos ejecutado reparaciones vitales en la industria, principalmente en las calderas y centrífugas que nos permiten producir 340 toneladas y más diarias del dulce blanco. Ese es el compromiso que llevaremos al Congreso del Partido para ratificar la continuidad de la Revolución”.
También expresó que queda mucho por hacer en la refinería: mejorar los pisos, los techos e iluminación pendientes y todas las áreas para mantener la inocuidad de la producción.
A punto de la despedida, nos mostró parte de la tecnología inactiva de la otrora producción de crudo de esa fábrica y lejos de transmitir pesimismo sonrió para asegurar que como en los ingenios Brasil y Panamá, el país podrá invertir en su reincorporación a las zafras venideras.
Desde luego, antes habrá que sembrar y rescatar cuantiosos cañaverales por los cuales mucho antes y casi como esclavos, su padre y compañeros de faenas, defendieron el derecho de comer y vivir de los explotados macheteros y obreros de las cañas en el legendario Camagüey.