CAMAGÜEY.- “La ciencia de la ganadería es el acuartonamiento, por eso yo tengo mi finca acuartonada con corte eléctrico, porque el ganado lleva alimentación, acuartonamiento, reproducción y un buen manejo, si haces todo bien tienes garantizada la eficiencia y los rendimientos son superiores”. Lo dice con la seguridad de un experimentado, pero este muchacho solo tiene 26 años, es técnico de nivel medio en Inseminación Artificial y actualmente cursa la carrera de Medicina Veterinaria.

Lionar Martínez Mendoza, campesino de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Dionicio Riandes Cerván, del municipio de Jimaguayú, lleva dos años como usufructuario, pero toda una vida dedicada al campo, pues sus padres también tienen tierras y él creció entre la guataca y el machete.

Él no se conforma con aportar 15 000 litros de leche anuales. Ahora mismo desinfecta de marabú otras dos caballerías de tierra que le fueron entregadas por el Decreto-Ley 300. “Así podré incrementar la masa y, además, sembrar comida para el pueblo y cumplir con el llamado a la producción de alimentos agrícolas. Es un sacrificio más, porque en lo que acabas con ellas te dan las ocho de la mañana, atiendes a los terneros y arreglas la cerca que los animales te tumbaron, casi no te queda tiempo para el sembrado, la ciencia está en buscar cultivos como el plátano que no exigen tanta atención.

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“Desde que estoy afiliado a esta cooperativa mejoré mucho, aquí se atiende muy bien a los jóvenes, yo era militante de la UJC y asumí la dirección del Comité de Base”. Pero su orgullo más grande es haber dado la disposición durante el proceso Somos Continuidad e integrar ya las filas del Partido Comunista de Cuba.

Lionar es de quienes pase lo que pase, tiene que levantarse día por día a cumplir con su encargo, ordeñar las vacas y sembrar alimentos. “A pesar de que resulta un poco difícil, sí se puede hacer, con deseo y vocación, y a mí me encantan los animales y el campo. No es fácil la tarea de simultanear las labores agrícolas con las tareas de la Juventud, pero se trata de organización, el día que tengo reunión, ordeño más temprano y lo pongo todo en función de eso. Cuando se trabaja la gente se suma. Mi CCS se preocupa por los jóvenes y eso influye”.

Este guajiro de pies a cabeza tendrá la oportunidad de vivir una experiencia única en el XI Congreso de la UJC. “Espero que se ajuste a los tiempos que vivimos. Y a mis contemporáneos les digo que aprovechen las oportunidades, cojan tierras y produzcan. No es fácil, pero se puede trabajar la tierra sin dejar de ser joven. Con esfuerzo se logra todo”.