CAMAGÜEY.- Tras ubicar a los Toros de la Llanura en el séptimo puesto de la 62 Serie Nacional de Béisbol, la Dirección Provincial de Deportes acaba de ratificar a Marino Luis como manager. Aunque esperada, la noticia fue recibida con agrado por el timonel cespedeño, quien cumplió las expectativas de los camagüeyanos de clasificar a su novena a la postemporada en el año de su debut.
Adelante tuvo la oportunidad de conversar con Marino sobre su estreno en la silla de los martirios del estadio Cándido González, diálogo que quiso comenzar con palabras de gratitud.
“Ante todo quiero agradecerles a mis peloteros y a los entrenadores que formaron parte de este resultado desde el inicio de los entrenamientos. Los coach de pitcheo que tuvieron que preparar un staff lleno de novatos, los de bateo, los preparadores físicos, y el resto del personal de apoyo. No tengo palabras para describir lo satisfecho que estoy con la entrega de todos y el calor que nos brindaron los seguidores del equipo”, dijo.
Según él, la construcción de este proyecto comenzó con su designación al frente de la categoría inferior.
“Aunque en el torneo Sub23 queríamos ganar la mayor cantidad de partidos, nuestro principal objetivo era probar a los muchachos y darle el mayor volumen de juego posible a aquellos que podrían aportar luego en la Serie. También fue importante que ellos asimilaran nuestro estilo de trabajo, algo que creó dificultades al inicio, pero luego se logró.
—¿Esas diferencias también se hicieron notar en los primeros meses de trabajo al frente del equipo grande?
—Siempre hay roces y situaciones. La disciplina y los métodos nuestros provocaron algunos problemas de comunicación y desentendidos. Eso también es parte de lo que aprendí este año. Yo había dirigido en campeonatos provinciales y en el Sub 23, pero la Serie no tiene comparación. Me di cuenta que dentro de las reglas generales hay que darles distintos tratamientos a las diferentes personalidades. En ocasiones perdimos la calma cuando tocaba darles confianza a los jugadores para que pudieran soltarse en el terreno y llevar a cabo lo que preparamos en los entrenamientos”.
—¿Qué jugadores te sorprendieron y cuáles consideras que tuvieron mayor peso en las victorias?
—Todos aportaron en un momento determinado. Entre los jóvenes hay que destacar a Leonardo Casado, que no estaba en los planes para ser regular y desde el tercer juego se adueñó del campo corto con tremendo rendimiento. En el pitcheo mi aplauso para Fernandito Ramos y Luis Mario Macías que fueron caballos de batalla, incluso para Riquelme Odelín que fue de menos a más. Los más veteranos (Ayala, Leslie, Samón) jugaron su papel de guías, pero si hay que resaltar a uno, ese es Luis González Azcuy, todo el tiempo empujando al colectivo, no por gusto está en los dos Todos Estrellas. Ahora, reitero que todos fueron importantes porque, aunque tuvimos tropiezos, realmente funcionamos como equipo.
Foto: Leandro Pérez Pérez/Adelante
—En varias ocasiones la afición y la prensa te llevamos recio…
—Eso es parte de este trabajo. En las gradas y las redes sociales hay gente de todo tipo pendiente de lo que hacemos. A veces tienen razón y otras no. En ocasiones los fanáticos te quieren matar por una jugada sin saber las interioridades del dogout. Lamentablemente siempre hay detractores que hablan mal hagas lo que hagas y con eso hay que vivir. Muchos no entendieron que por la cantidad de novatos que teníamos y las bajas que sufrimos en puestos tan importantes como la receptoría, había que darnos tiempo para coger el paso ganador. Nos llegaron muchos comentarios negativos y algunos nos afectaron a nosotros y a los peloteros, pero al final demostramos que no estábamos tan equivocados.
Fotos: Alejandro Rodríguez Leiva/Adelante
—Hay rumores de que algunas figuras claves del conjunto como Leslie Anderson, Alexander Ayala o Yordanis Samón podrían retirarse. ¿Qué puedes decirnos de esto?
—Lo primero es que tengo que agradecerles a esos tres y a José Ramón Rodríguez y Dariel Góngora por ser líderes y ejemplo para los más jóvenes. Fue un privilegio dirigirlos este año y gracias a ellos, que con lesiones se mantuvieron aportando, clasificamos. Ahora están descansando y recuperándose de sus dolencias, más adelante los visitaremos para conversar. En todo caso, les abrimos las puertas porque este equipo es su casa y los queremos.
—Su mano derecha, Darío Cid, también está en duda para la siguiente campaña…
—Para ese señor solo tengo palabras de elogio y gratitud. En lo personal ha sido un guía y un padre y sin sus aportes este equipo no hubiese funcionado. Su entrega a los Toros ha sido incondicional y, aunque siente que es momento de estar con su familia, creo que podría acompañarnos otro año. Camagüey lo necesita y estoy seguro que aceptará.
—¿Ya se está trabajando con miras a la siguiente temporada?
—Acabamos de reunirnos para organizar la estructura de la Academia Provincial en función de las necesidades y deficiencias de este curso. Como todavía no se sabe si se efectuará el torneo Sub 23, pues tendremos que planificar una preparación interna que incluya la próxima Serie Provincial. Algunos de nuestros jugadores seguro continuarán en la Liga Élite y eso es bueno. Todo eso, sumado al trabajo de captación de muchachos que hoy están en otras provincias o fuera del país, nos ocupará en los meses venideros.
—Este séptimo lugar fue un objetivo cumplido, pero también te pone la varilla alta…
—Después de esta bonita experiencia mi colectivo técnico y yo nos trazaremos metas más ambiciosas. Ustedes vieron la combatividad que mostramos en la recta final de la fase regular y aunque Santiago de Cuba nos eliminó, dimos batalla. Ya los muchachos se percataron de que pueden establecerse en los play off y tienen que luchar para mantener esa condición. Para la 63 SNB el propósito es quedar entre los cuatro mejores conjuntos del país y luchar por una medalla. Tenemos el material humano y técnico y ahora con más experiencia buscaré darle un alegrón a esa afición que nos apoya incondicionalmente.