Más que una valla, a Odelín se le debe un retiro a la altura de su brillante carrera deportiva. Foto: Oreidis Pimentel Pérez/ ColaboradorCAMAGÜEY.- Con el retorno de las acciones a la grama del estadio Cándido González y la heterodoxa reencarnación de un equipo con el nombre de Ganaderos en una rara temporada pudimos apreciar la ausencia de algunos detalles decorativos del parque beisbolero. Ya sea por vientos fuertes, degradación, ruptura de las placas de PVC o desmonte preventivo no están algunas vallas ilustrativas de dos figuras y dos equipos del territorio, ocasión propicia para antes de su nueva colocación podamos incidir en su rectificación.
Era realmente penoso que en una región orgullosa de su esmerado idioma castellano las gigantografías de Ganaderos y Camagüeyanos, los campeones de la etapa revolucionaria (aunque falta otro equipo de la anterior), aparecieran con faltas de ortografía. Si usted no se percató no tenían la S final del plural; hora es de la enmienda.
Como recuento de las inmensas figuras en las torres tenemos que un estadio cubano tuvo esa iniciativa y acto seguido fue moda, casi obligatoriedad hacerlo en todas las instalaciones similares, lo cual trajo consigo el dilema de los peloteros a exaltar, casi siempre sin consulta con la prensa especializada o siguiendo valoraciones extradeportivas, prejuiciadas o arbitrarias (que tampoco ha faltado donde tapen a un ídolo caído o lo tumben como una sanción).
En el caso del Cándido González los iniciales fueron Miguel Caldés, Miguel Cuevas, Juan Pérez Pérez y Luis Ulacia, un buen balance de épocas, pero luego vinieron cambios inconsultos. Si bien es cierto que los ex lanzadores Omar Luis Martínez y Vicyohandri Odelín merecen reconocimiento son apenas cuatro torres y no pueden estar todos ¿Acaso Cuevas y Pérez Pérez debieron ser defenestrados? El haber figurado en el año 2014 y ya no estar no es un homenaje precisamente (con la post data de que el lanzador de los cuatro no hit no run no tuvo nunca retiro oficial).
¿La justificación? Alguien colocó como varilla medidora la condición de campeones olímpicos ¿Quién dijo que tal estatus es el máximo escalón beisbolero? Este deporte no apareció de manera oficial hasta Barcelona 92, por tanto si desde Roma 60 nuestro país hubiera competido los veteranos de Camagüey tuvieran hoy demasiadas preseas, amén de que los mejores profesionales no aparecieron hasta el 2000. Los mundiales y el Clásico han sido más fuertes, eso lo sabe cualquier aficionado ¿Es justo excluir por medallas olímpicas?
Y bueno, puede alegarse que hay una galería de figuras en los pasillos, donde están casi todos los que son…pero no son todos los que están, pues tras la sangría a los que rescataron esas instantáneas no hubo reconocimiento a los donantes y también fue arbitraria, sesgada su colocación, sin un intercambio previo con la prensa especializada, con otro termómetro que solo tuvo en cuenta a los campeones mundiales tras 1959 y no a los que también lo fueron antes y se incorporaron como entrenadores en el nuevo proceso. Todavía yace en el letargo el proyecto de Salón de la Fama para Camagüey, fundado de manera casi virtual el 2 de julio de 2016, en medio de reclamos periodísticos, por tanto una vez más ponemos el dedo en la herida, para que las fotos y recuerdos tengan el cauce que merecen, siempre al lado de la historia y de las decisiones colectivas de las múltiples miradas deportivas y humanísticas. ¿Podremos hacer las rectificaciones perentorias?