CAMAGÜEY.- El destacado clavadista camagüeyano Jeinkler Aguirre entrena desde hace unos meses en el complejo de piscinas Baraguá, de La Habana, con la mirada puesta, por partida doble, en Japón. Resulta que el medallista de bronce del Campeonato Mundial de Roma 2009 se prepara para buscar el boleto olímpico en el certamen clasificatorio que acogerá la propia capital japonesa. Jeinkler se enfoca en el evento individual, pues el principal binomio nacional en la plataforma sincronizada a diez metros no posee el nivel de antaño, cuando su compañero era el mejor clavadista cubano de todos los tiempos, José Antonio Guerra.
“Estamos trabajando fuerte en la parte física porque, aunque mantuvimos una buena rutina de ejercicios durante el aislamiento, hay que reforzar los planos más importantes. Hasta ahora el cronograma marcha bien y el único problema que hemos tenido es el agua fría de la piscina”, comentó vía WhatsApp.
En el último quinquenio han mermado los éxitos en la carrera deportiva de Aguirre, principalmente por problemas de salud.
“Los últimos tiempos de mi carrera no han sido muy buenos que digamos, pues estuve parado hace alrededor de año y medio por una hernia discal, y después de un proceso de fortalecimiento de mi espalda, empecé de nuevo, pero resulta algo lento, pues el clavados es muy traumático, por las vueltas, giros y la entrada al agua, que es agresiva para la espalda”.
Pese a las dificultades, él trata de renacer armado de la constancia y la calidad técnica que le han mantenido en la élite de la región durante 15 años. Ir a Tokio a por Tokio es su prioridad.
“Mi colectivo técnico y yo acordamos presentar en el preolímpico la misma rutina de saltos que llevamos a los pasados Juegos Panamericanos. No son clavados de un alto grado de dificultad, pero vamos a tratar de perfeccionarlos lo más posible para lograr el resultado que esperamos. Calculamos que recibiendo un promedio de ocho puntos por intento, lograría quedar entre los 18 primeros de la competencia y recibiría así el boleto olímpico.
“Si clasificamos, entonces hay que trabajar en algunos detalles para llegar a Tokio en buena forma deportiva, hacer un buen papel y conseguir el sueño de todo deportista: una medalla olímpica.
Sin embargo, con preparación y disciplina no hay obstáculo que se oponga a la meta de Jeinkler, y con respecto a las tendencias hoy en el mundo, comentó que “se están haciendo clavados de mayor dificultad, en los que tenemos que adentrarnos, y en eso mucho pueden aportar los muchachos más jóvenes que se van incorporando”.
El mayor exponente de los saltos ornamentales de todos los tiempos en Camagüey regresa a la plataforma mundial para demostrar el talento en un deporte que hoy no vive su mejor momento en Cuba, pero que trayectorias como las de él demuestran que se pueden subir los 10 metros, e irrumpir en el agua, con la mira en el éxito.