CAMAGÜEY.- Cuando el pasado 17 de marzo se confirmara el primer caso positivo a la COVID-19 en Camagüey, el hospital clínico quirúrgico Amalia Simoni se convirtió en la primera institución fuera de la capital en enfrentarse directamente a la pandemia. Tres meses después, la vida allí poco a poco vuelve a la normalidad.

Tras un riguroso proceso de desinfección, el centro restableció sus servicios a un 50 % en la fase uno y desde el 3 de julio a un 75 %. Se mantienen la prohibición de la entrada de trabajadores con síntomas respiratorios, el lavado de las manos con hipoclorito de sodio y el distanciamiento físico.

Según Eduardo Rivero Peláez, director del hospital, el regreso ha sido de forma gradual y asimétrica: “Aunque todavía nos faltan semanas para funcionar al 100 %, ya brindamos a la población la mayoría de las prestaciones. Solo restan Medicina Física y Rehabilitación, Geriatría y la actividad quirúrgica electiva, pues hoy sus consultas atienden a pacientes con síntomas respiratorios y a sospechosos de dengue”.

La sala D-B, utilizada con los pacientes positivos a la COVID-19, se encuentra en un proceso constructivo que permitirá una atención más segura y personalizada en caso de que se presenten futuros infectados.La sala D-B, utilizada con los pacientes positivos a la COVID-19, se encuentra en un proceso constructivo que permitirá una atención más segura y personalizada en caso de que se presenten futuros infectados.

También mantienen las alertas en las salas para enfermedades respiratorias agudas, creadas en todos los hospitales provinciales del país. Este espacio, que funciona como un servicio cerrado sin acompañantes, cuenta con 42 camas para el seguimiento a aquellas personas sospechosas de portar el SARS-CoV-2.

“Si bien hace más de un mes que Camagüey no suma nuevos casos de la enfermedad, las indicaciones exhortan a no bajar la guardia para evitar futuros rebrotes. Hasta la fecha mantenemos ingresados cerca de 25 pacientes, todos con garantía de condiciones y atención de calidad”, explicó el doctor Roger Campos Batueca, especialista en Medicina Interna.

Otro de los que no descansa en el afán de reanudar las prácticas habituales es el Dr. José Luis Rodríguez Rojas, especialista en segundo grado en Dermatología. Cuando el “Amalia” cerró en marzo lo reubicaron junto a su equipo en tres policlínicos de la ciudad. Desde allí consultaban de lunes a viernes, y una vez por semana continuaron con la atención comunitaria a los municipios de Najasa y Jimaguayú.

“Una vez que regresamos retomamos los mismos días y horarios, y comenzamos los procederes propios de la especialidad. Ya estamos realizando cirugías menores, tratamientos con Heberferón y biopsias, solo disminuyen la cantidad de turnos. Por ejemplo, si antes el promedio diario era de 40, hoy podemos dar 20 o menos”, recalcó Rodríguez Rojas.

En igual situación se encuentra el ortopédico Luis Miguel Rosa Napal, quien valora de positiva la actitud y comprensión de los camagüeyanos ante el recorte de turnos.

"Han entendido muy bien las medidas de la etapa y vienen a consulta los de mayor necesidad. Todavía estamos limitados en las actividades quirúrgicas; sin embargo, si todo fluye de forma positiva, en poco tiempo podremos atender cifras mayores”.

A medida que la dirección del país decrete nuevas fases de recuperación, el personal del hospital Amalia Simoni readecuará rutinas y mantendrá activa la vigilancia epidemiológica. Para salvar vidas trabajan duro, esa siempre ha sido la esencia de su normalidad aun en tiempos de coronavirus.