CAMAGÜEY.- La voz de Antonio Massía se entrecorta emocionalmente al narrar pasajes que lo unieron con Jesús Suárez Gayol, en acciones revolucionarias del estudiantado contra la dictadura de Batista, organizadas desde el Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey, hoy preuniversitario Álvaro Morell Álvarez.
Desde el 24 de mayo de 1954, a propuesta de otro condiscípulo del plantel, Orlando Basulto, en ese entonces al frente de la asociación de estudiantes, Gayol asumió, por unanimidad, las riendas del colectivo, en medio de un escenario complejo de abierto desafío al régimen imperante.
Massía, con 88 años y residente en la capital, cuenta que a Gayol lo conoció, primero, en la Escuela Pías, pero que se dio a conocer, de manera sobresaliente, el día del entierro simbólico de Rubén Batista, de 22 años, y estudiante de arquitectura de la Universidad de La Habana, mortalmente herido el 15 de enero de 1953 y fallecido el 13 de febrero.
Tanto Gayol como otro compañero recibieron una paliza de los esbirros que emplearon para golpear a sus víctimas los dolores “vergajos”.
La influencia personal por su valentía traspasó las paredes del plantel de segunda enseñanza, llegó a la escuela profesional de comercio y a los institutos de Ciego de Ávila y Morón, hasta el grado de que José Antonio Echevarría, líder de la FEU, conoció de su ejemplo.
“Entre 1953 y mayo y junio de 1956, Gayol se convirtió en una figura política pública de Camagüey que rebaso los muros del instituto”, explico el entrevistado.
El estudiantado, tanto del plantel, enclavado en las inmediaciones del Casino Campestre, el mayor parque urbano de Cuba, como de la escuela de comercio, no quisieron que el 28 de enero de 1956, natalicio de Martí pasara inadvertido.
El grupo que hasta allí llegó estaba compuesto por diecisiete jóvenes, entre otros nombres, Álvaro Morell, Adolfo de Águila, Rafael Ollet, Raúl Tergas, Ramón Ventura, Rafael Miro, Elpidio Lezcano y Agustín Díaz, todos del instituto.
De la escuela de comercio, Noel Sánchez, Gregorio Junco, Arturo Mugarra, Alejo Velazco y Antonio Fontes Carbajo. Suárez Gayol trepado en los hombros de Noel Sánchez arengó a celebrar la fecha del natalicio de Martí. No pudo evitar golpes, mientras Álvaro Morell, recibió lesiones en la cabeza que lo obligaron a dirigirse a recibir atención médica, con la ayuda de otros dos manifestantes, entre ellos una mujer.
“Gayol fue para mí un ejemplo de ser humano, Cuando se habla de hombre nuevo, él figura entre ellos, como lo pidió el Che”.
La muerte de El Rubio, nombre que recibió Gayol en la guerrilla del Che en Bolivia, sorprendió a Massía fuera de Cuba. “Me entristeció grandemente. Siempre me pareció mentira a los que tuvimos a su lado”.
En una carta que Gayol dirigió, desde el exilio, a varios de sus cercanos compañeros de Camagüey, entre ellos a Macho León, quien con los años fungió como médico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, escribió:
“La primera condición de revolucionario es ser hombre, tú lo eres de sobra y amigo de verdad y el que quiere ver libre su Patria no abrace mezquinas ambiciones”.
En la vida hay coincidencias. Gayol nació el 24 de mayo de 1936, hoy cumpliría 89 años y en una misma fecha de 1954 se elevaba al grado de reconocido líder estudiantil.