CAMAGÜEY.- Entre las herencias asumidas de manera pública de otra época con régimen e ideología divergente en relación al sistema político actual, la Lectura del Bando en Camagüey refuerza como tradición la práctica del discurso desde el poder.
Se trata de una acción iniciada por las autoridades que respondían a la metrópoli española en la Cuba colonial, con el propósito de regular las festividades populares, con marcado énfasis en el San Juan.
Desde hace varias décadas, la Lectura del Bando bajo el signo de la Revolución dicta las pautas de comportamiento para la Semana de la Cultura Camagüeyana, con la alocución desde un balcón de la sede del gobierno municipal.
Anoche escuchamos el discurso correspondiente a este año, a cargo de la presidenta Dixamy Rodríguez, con un texto contenido y preciso, en el que apeló a la civilidad, a pensar en nuestras esencias y a respetar el legado.
La voz de una mujer desde ese balcón era impensable siglos atrás como figura principal empoderada que a través de sus palabras permitiera la celebración de los ciudadanos ante el motivo de orgullo del nacimiento de la urbe.
Como se ha hecho habitual, el primero de febrero en Camagüey hace lucir a los artistas en la ceremonia del Bando y en la gala, aunque la de anoche fue peculiar por asumir como bello escenario el restaurado parque del Teatro Principal.