LA HABANA.- El documental Rumbatá, de la cineasta Isabel Santos, es una obra que mueve la espiritualidad y el pensamiento con la energía de ese grupo de Camagüey.
Tuvo su premier mundial anoche en el cine 23 y 12, de La Habana, con un pequeño concierto que Wilmer Ferrán, director de la agrupación, dedicó a la salud de la cantante Nerina Calderón.
Al recomendar el filme, el director Jorge Luis Sánchez afirmó que se inscribe desde un cine compulsado por la música popular, y calificó a Isabel Santos de una actriz "con el arrojo y la audacia de hacer cine documental".
La obra, de alrededor de una hora, cuenta las esencias de la vida de Rumbatá, desde el surgimiento en 1996, y atesora el testimonio de Reinaldo Betancourt, cantante fallecido.
Reflexiona en cuanto a los prejuicios sociales y la marginación en relación con las prácticas folclóricas sobre las cuales se erige la rumba, las cuales encuentran un espacio de privilegio en el evento bienal Rumbatéate.
El documental profundiza en temas que ocupan y preocupan a las agrupaciones
folclóricas en Cuba, porque asuntos de la cultura popular tradicional siguen en desventaja en la enseñanza artística.
La cuidadosa puesta en escena, la concepción de imágenes poéticas, la dramaturgia y la espontaneidad de los entrevistados son claves del dominio del lenguaje cinematográfico y de la curiosidad de Isabel Santos.
El documental Rumbatá fue producido por el Instituto Cubano de Arte e Cinematográficos y la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey.