CAMAGÜEY.- El Ministerio del Interior arma escudos fronterizos para evitar el ingreso al territorio de nuevos casos de la COVID-19, acorralar los brotes existentes y limitar el movimiento innecesario de personas.

Esto no solo ocurre en los puntos de control a la entrada a la provincia y los interprovinciales. Las fuerzas de verde y azul han creado perímetros a varias escalas.

EN EL AISLAMIENTO 

De los perímetros importantes, algunos están ubicados en los centros de aislamiento. En el de la escuela pedagógica Nicolás Guillén, por ejemplo, la prioridad es salvaguardar la integridad de quienes allí se hospedan por sospechosos y de la población que reside en los alrededores, en una suerte de cortafuegos por la vida. Once oficiales se encargan de la protección del lugar bajo las órdenes del Mayor Maykel Rivero.

“Ahora tenemos 41 personas, pero la capacidad total es de 144. Nos encargamos de que no se vulnere la seguridad de la zona, exigimos el cumplimiento de las medidas higiénicas en las entradas, y solo intervenimos con los internos si se altera el orden. Afortunadamente quienes han llegado hasta aquí comprenden la gravedad de la situación y eso facilita las cosas.

Todos actuamos por una misma causa”, comentó Rivero durante un recorrido por las postas.

En la minuciosa rutina de higienización que allí ocurre participan los oficiales. Por la plancha pasan los billetes que envían los familiares a quienes allí permanecen. El día de nuestra visita se encargaba de esa misión Irina González Pupo. Ella sabe que no significa tarea menor, pues los detalles, en estas circunstancias, salvan vidas. Y su uniforme habla de su voluntad de proteger a los cubanos de peligros de todo tipo.

El calor, la situación insólita y el riesgo de todo el día no significan nada comparados con los cinco minutos de aplausos y canciones que disfrutan a las nueve de la noche. El espectáculo de agradecimiento que les regalan los vecinos de los edificios cercanos, los mantiene firmes.

EN LA ZONA DE CUARENTENA 

Quizá la zona que más protección necesite en estos momentos en la ciudad de Camagüey es la que permanece en fase de cuarentena. Las dieciséis manzanas del Consejo Popular Buenos Aires-Bellavista que quedaron aisladas para detener el brote del nuevo coronavirus cuenta con un grupo en sus límites, y otros dos subgrupos permanecen dentro a tiempo completo.

“Tenemos 21 postas en todos los viales de acceso para garantizar que nadie rompa la cuarentena. Unos 28 agentes por turno, incluyendo los del carro patrullero y dos ciclistas, emprenden esa misión con rotaciones de 12 horas. En el interior se colabora con la organización de la distribución de alimentos y otros productos, y con la pesquisa. Hacemos trabajo preventivo y explicamos que no pueden salir de casa sin justificación”, informó el Teniente Coronel Alexander Fonte.

Salta a la vista que la tarea no es fácil, pues todavía hay quienes no tienen percepción de riesgo y cometen imprudencias.

“En los últimos días hemos aplicado multas por violaciones de las normas de seguridad y aislamiento social y procesado por el delito de propagación de epidemias. No obstante, la gente colabora con mucha disciplina con el paso de los días”.

Fonte apuesta por la comunicación y el actuar riguroso ante las indisciplinas, porque “está en juego la salud de todos”. Para ayudar, para proteger, para salvar, existen los “verdiazules”, y en nombre de esos encargos asumen misiones impensadas cuando eligieron los uniformes. Esta obra de resguardar los límites que separan el peligro de la tranquilidad, la enfermedad de la vitalidad, es de las más nobles que les han encomendado. Desde sus escudos fronterizos, los miembros del Ministerio del Interior tratan de hacerle honor.