CAMAGÜEY.- Imprescindibles han sido las mujeres en todas las épocas de la historia cubana. Pero, sin dudas su protagonismo creció y se visibilizó luego de 1959, cuando la Revolución les abrió el camino para la equidad desde la igualdad de oportunidades.
Inspiradas en aquellas que habían batallado por la independencia y también por la reivindicación de sus derechos, el 23 de agosto de 1960 nacía la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), que hoy
agrupa en el país a más de cuatro millones mayores de 14 años.
Cada año, cuando se acerca la feliz fecha, en la prensa y en el barrio resaltamos aún más las singularidades que las hacen grandes. En Camagüey, ellas destacan en todos los sectores de la sociedad. Sus entregas y sus conquistas son tan comunes que a veces no las notamos, pero están allí, en cada colectivo, en cada cuadra, en cada familia.
Por eso, contar solo de algunas resulta difícil. Sean estas, pues, un regalo para la organización toda en su cumpleaños, porque sus historias pueden ser las de cualquier agramontina.
CRISTINA: LA FEDERACIÓN RENACE CON CADA NUEVA TAREA
A Cristina Nápoles Hernández la conocen todos en la zona 24 de los Comités de Defensa de la Revolución por su actitud y sus ansias de ser útil. Cuenta que desde los 14 años tiene cargos en la FMC porque ama la organización. Siente que el 23 de agosto de 1960 es una de las fechas más significativas de nuestra historia, pues comenzó el protagonismo de la mujer dentro de la Revolución triunfante.
Secretaria del bloque 17 B, esta jubilada del sector del Transporte vive con su hijo y su nieto, a los que agradece el apoyo en cada una de las actividades que se propone. Recuerda que antes de la pandemia eran mucho más activos, pero ahora tampoco se han quedado de brazos cruzados.
“Trabajamos de conjunto con el personal de la Salud del consultorio No. 6 en la dispensarización de las personas en la comunidad, en la identificación de los casos más vulnerables y de aquellos que necesitan de alguna ayuda.
“De igual forma acondicionamos los locales que serían empleados para vacunar y avisábamos el día antes de cada dosis para que no fallaran. Era la mejor forma que encontramos de decir gracias a nuestros científicos.
“En mi caso particular colaboro en la asistencia a domicilio, sobre todo de personas mayores que viven solas, les recojo el tarjetón para comprarles los medicamentos controlados en las farmacias y evitar aglomeraciones. No me pesa para nada porque a eso, a ayudar, nos enseñó Vilma.
“Este 23 de agosto tampoco podremos celebrar como se debe, pero desde casa recordaremos que gracias a aquella idea al principio de la Revolución se nos permitió trabajar en mayores condiciones de igualdad y disminuir algunos problemas sociales”.
ILEANA: CIENCIA POR EL PRESENTE Y EL FUTURO
Ileana Sánchez Ortiz es cienfueguera de nacimiento pero camagüeyana de vida y corazón.
Esta máster en Microbiología tras graduarse en la capital se mudó a la provincia y desde 1994 forma parte del colectivo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología. Hoy se desempeña
como jefa del proyecto de desarrollo de productos agropecuarios y sobresale por los buenos resultados.
Sus aportes en el control de la calidad resultaron clave cuando se iniciaron los estudios de la vacuna recombinante Vacoli contra las enfermedades en el tracto digestivo porcino, de la Gavac para el
control de garrapatas en el ganado bovino y del Hebernem, un bionematicida ecológico, efectivo en el control de nemátodos o gusanos.
“En estos momentos trabajamos en dos bioproductos que contribuyan a mejorar y curar ciertas enfermedades en las plantas con el fin de incrementar la producción de alimentos, un asunto elemental en la actualidad. Todavía nos encontramos en el proceso de investigación; no obstante, todo marcha de acuerdo con lo esperado”.
Gracias al empeño y a su forma peculiar de ser, Ileana se enorgullece de formar parte del Comité Nacional de la FMC como la única científica en el país.
“Ese es mi gran premio, sentirme útil y que a través de mí se conozca todo el esfuerzo investigativo que hacemos para mejorar”.
Cuba está llena de talentosas científicas que posponen sus horas de sueño para desarrollar vacunas, de campesinas que se las ingenian para cultivar aun sin todas las condiciones, de doctoras y enfermeras que lo dan todo hace más de 17 meses para salvar(nos) de la COVID-19, de federadas... Cuba está llena de mujeres imprescindibles.