CAMAGÜEY.- Un toque de sobriedad y sencillez es visible en las dos principales piezas contiguas a la puerta del hogar de Josefa Primelles Fariñas, mujer con una mirada que atrapa e inspira respeto con su ejemplo de investigadora y científica.

“Me pagan por hacer lo que me gusta, trabajo sin pausa”, nos había dicho la noche anterior a la entrevista testimonial, matizada de un recuento de su vida.

Nació y se crió en el poblado guaimareño de Cascorro, en el seno de una familia muy humilde, la madre de origen campesino y el papá de formación obrera en la que nunca hubo maestro, ni graduado universitario ni técnico.

Según contaba la mamá , en los juegos infantiles le gustaba figurar de maestra A sus seis años se produce el triunfo de la Revolución. “Y con ella la conquista de tantos derechos para hombres y mujeres pobres de este país y que abrió para mí, como para muchos niños y jóvenes cubanos, la posibilidad de aprender, un mundo de oportunidades que creo he logrado aprovechar.

“Es por eso que agradeceré siempre a la obra educacional de la Revolución Cubana y a mi madre que alentó mis primeras ansias de superación, siendo ella una mujer muy inteligente y vivaracha. Y así fui la primera graduada universitaria en la familia”.

Al término de la secundaria básica Augusto Turcios Lima, de Camagüey, la atrapó el llamado a los jóvenes de incorporarse a las carreras pedagógicas por la necesidad de profesores para dar continuidad a la obra educacional.

“Muchos nos incorporamos a la carrera que nos formaría como profesores de secundaria básica, primero, y terminado este técnico de nivel medio, nos permitió hacer la licenciatura en Educación.

“Seleccioné la especialidad de Geografía por su carácter integrador, holístico, porque dota a las personas de saberes y elementos culturales imprescindibles para su adecuado desenvolvimiento profesional y personal”.

Recordó con mucho cariño a quienes contribuyeron a su formación geográfica, especialmente, el profesor Gaspar Barreto, con el que aún conversa muchas veces, a Paquita del Busto, fallecida, y a los docentes de esa especialidad de la Universidad de La Habana, donde años más tarde hizo una maestría y defendió una tesis doctoral sobre el Sistema de Información de Ambiental como soporte de la evaluación del medio físico urbano de la ciudad de Camagüey.

Esta investigación la enlazó con el medio ambiente de la ciudad a la que ya estaba atada por vivir en ella durante muchos años. Subrayó que en Cuba, como en otros países, existen vacíos en materia de información ambiental y su sistema de indicadores, aspecto en los cuales se requiere continuar trabajando.

Los doce años que laboró en Educación, en la Escuela Formadora de Maestros y en el instituto preuniversitario Álvaro Morell Álvarez, le fueron de mucho provecho. En cambio, un buen día el Doctor Danilo Corchado, entonces delegado de la Academia de Ciencias en Camagüey, le propuso trabajar en esa institución.

Cuanta satisfacción sobrevendría en el año 1984 al ocupar la plaza de Especialista en medio ambiente, subordinada a la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Comarna), embrión de una parte del Citma de hoy.

Empezó a descubrir qué es el medio ambiente, su importancia --que conocía desde la Geografía-- la necesidad del manejo integrado de los recursos naturales, la relación naturaleza-sociedad, subsistemas que conforman el ecosistema global, y lógicamente a estudiar muchísimo.

Al año de estar en esa plaza abrieron una filial del Instituto de Geografía de La Habana en Camagüey y pidió que la trasladaran a esta, dirigida en un principio por el licenciado José Marrero y luego por ella.

“Fue en ese entonces que empecé a hacer mis primeros pininos como investigadora, alejándome después de la investigación directa al pasar a vicedelegada de la Academia de Ciencias primero y de la reciente delegación del Citma después”.

Los seis años allí estuvieron asociados a hechos fundacionales, el foro de ciencia y técnica, el polo científico, el primer sistema de programas y proyectos territorial y estuvo además al frente de un grupo gestor para la creación de una nueva institución, el Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey (CImac).

Allí trabajó como jefa del Departamento de Geoinformática hasta el 2016 y continúa trabajando allí. “El Cimac es como si fuera mi casa y comprenderá que nada más tengo que pasar la calle – ella reside enfrente, en Cisneros y Pobres-- y ese colectivo es como una segunda familia”.

 Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante /Archivo Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante /Archivo

Con emoción recuerda su encuentro con Fidel en la tribuna del 26 de Julio de 1989, en que el saludo se selló con un fuerte abrazo.

“Sin lugar a dudas el proyecto Atlas de Camagüey marcó mi vida profesional, una hermosa obra cartográfica, el primer Altas Regional del país, fruto del trabajo de un numeroso grupo de investigadores de la provincia de todos los sectores y tuve la oportunidad de entregar, junto a Marrero, el Atlas a Fidel

“En ese famoso e histórico discurso en la Plaza, Fidel expresó que si algún día nos levantábamos con la noticia de que la Unión Soviética había dejado de existir seguiríamos en nuestro empeño de defender la Revolución Cubana.

“Para mí fue, además, una vivencia inolvidable aunque de breves minutos. Entregarle el Altas a Fidel, abrazarlo, oír su voz cálida y muy baja, lo que me obligaba a escuchar con mucha atención, porque, además, estábamos en la plaza, en la tribuna. Era una costumbre escuchar los discursos suyos dirigidos hacia las grandes multitudes, quizás por eso me sorprendió tanto sentir su voz muy baja y cálida, interesándose por los detalles del trabajo, quiénes habían participado, qué tiempo nos habíamos demorado en hacer el Atlas, en fin, fue inolvidable para mí.

“Pasó el tiempo e imagínate lo contenta que me puse cuando llegó a mis manos la foto donde aparezco abrazando a Fidel, una imagen tan querida que solo creía que iba a quedar impresa en mi memoria emocionada”.

La animada conversación posibilitó anunciar la concreción de un viejo anhelo de los investigadores camagüeyanos y en especial del Cimac: actualizar el Altas, una herramienta importante para la toma de decisiones, pero ahora en su versión digital, utilizando las tecnologías “de las que nos hemos apropiado, sobre todo, las geotecnologías, que aseguraría la permanente actualización del Atlas.

“Ya empieza a moverse el colectivo ante una demanda de la provincia para hacer realidad ese sueño. Comprenderá que una de las primeras que se alistó en ese proyecto he sido yo”, dijo esbozando una grata sonrisa.

“Soy una camagüeyana privilegiada, estuve cerca de Fidel también en ocasión del Cuarto Congreso del Partido, efectuado en el teatro Heredia, de Santiago de Cuba. Estar con él varios días en un mismo recinto y participar en el análisis de temas trascendentes, fue allí donde nos informó que íbamos a entrar en un período especial”.

En ese Congreso jocosamente celebró a las compañeras porque estaban muy elegantes y les pidió cuidar su ropa. No podíamos imaginar cuál prueba de resistencia se le avecinaba a este pueblo.

“Fidel es --y todavía hablo en presente-- entrañable para los cubanos. Para los investigadores cubanos Fidel tiene una relevancia especial, fue un hombre que vio en la ciencia el futuro del país, puso a la ciencia en lo más alto al principio de la Revolución cuando todavía no podíamos ni soñar con el potencial científico-tecnológico que hoy disponemos.

“Él estimuló a los jóvenes a estudiar y siempre acompañó a los investigadores en su tarea, vivir el tiempo de Fidel fue un privilegio para nosotros”.

Hablamos de Fidel desde otra perspectiva, acerca de la tarea que en su nombre le encargaron a un grupo multidisciplinario, que ella integró, para estudiar las potencialidades de la cayería Norte para el desarrollo del turismo. La primera expedición zarpó de la bahía de Nuevitas, el 1ro. de octubre de 1989 a pocos días de recorrer el Comandante en Jefe el 22 y el 23 de septiembre esos parajes vírgenes, de hermosas playas. Casi ocho días duró el fatigoso trabajo en los que en esa época abundaban los implacables jejenes y el corasí.

“Mira qué manera más inteligente de enfrentar el asunto, no decir ‘voy a hacer el primer hotel’, sino ‘voy a estudiar esos ecosistemas para que, sobre la base de estos estudios, promover un desarrollo turístico sostenible’.

“Y así se organizó aquel proyecto, dirigido por GeoCuba a nivel nacional, creo que junto con el Atlas fue una valiosa experiencia de la integración de la ciencia territorial, y eso también nos lo enseñó Fidel. Esa posibilidad de integrarse no existen en otros países, donde la ciencia es propiedad de grandes trasnacionales, de grandes compañías e institutos que compiten entre ellos”.

 Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante /Archivo Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante /Archivo

“Fue una experiencia maravillosa, primero, para una geógrafa conocer esta naturaleza esplendida, casi deshabitada, en Cayo Cruz la única casa que existía era la de Suncia y Manolo, una pareja de guardabosques. Éramos jóvenes, y la tarea nos motivaba mucho porque conocíamos la importancia de lo que estábamos haciendo y lo que significaría para el futuro del país.

“Además sabíamos que Fidel a diario se interesaba por la marcha de los estudios y trabajos del pedraplén y demás inversiones. En aquella época no dominábamos la teledetección, ni trabajábamos con sistemas de información geográfica, ni teníamos computadoras”.

Josefa mencionó que esa integración para avanzar más rápido está presente hoy en el enfrentamiento de la COVID-19, en la creación de las vacunas y nos enorgullece a todos.

La constante superación fue otro capítulo del diálogo. Señala que le ha permitido avanzar en la investigación científica. Actualmente asume la dirección del programa Medio Ambiente y Desarrollo Territorial Sostenible, que gestiona el Cimac. Este es uno de los dos que ha organizado la Delegación del Citma al calor de las nuevas políticas de ciencia e innovación. El referido a la producción sostenible de alimentos lo dirige la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz.

Imposible de abarcar en una entrevista la rica trayectoria de esta mujer, extendida también al campo de la docencia durante cuarenta y siete años, más de las tres cuartas partes en la enseñanza superior. Ella considera que como dijera Martí: recibimos educación y luego debemos contribuir a la educación de los demás; que la docencia le ha permitido interactuar con los jóvenes y contribuir modestamente a su formación, siente que le retan el conocimiento, obligándola a estudiar y disfruta el afecto que le profesan.

 Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante /Archivo Foto: Otilio Rivero Delgado/ Adelante /Archivo Al retomar a Fidel en los minutos finales de la conversación expresó que su desaparición física la conmovió con infinita tristeza, que reconforta saber que vivió una larga vida, que logró ver realizado su sueño de una Cuba libre y soberana y se sintió amado por su pueblo y admirado por millones de hombres y mujeres en todo el mundo. “Su legado es una herramienta de lucha para los revolucionarios cubanos de estos tiempos y de las futuras generaciones”.

La Orden al Mérito Carlos J. Finlay, recibida por ella en el 2013 de manos del actual presidente de la República Miguel Díaz-Canel, encierra perseverancia, superación constante, modestia y habilidades para trabajar en equipo. “Fue un gran estímulo recibirla en nombre de todos mis colaboradores que me han acompañado en el quehacer de la investigación, sin los cuales no hubiera sido posible ningún resultado”.

En relación con los retos que ha enfrentado como mujer para avanzar en su desarrollo profesional manifiesta: “No ha sido fácil, como no lo es para ninguna cubana trabajadora cuando tienen que criar y educar a un hijo, vivir en familia, con tu pareja, atender el hogar, a tus padres ancianos enfermos y a otros familiares, enfrentar en oportunidades incomprensiones, de las personas más cercanas de las que también recibí apoyo y estímulo.

“No puedo decirle a las jóvenes investigadoras que avanzar en su profesión será un camino fácil, tendrán que esforzarse mucho en su superación constante, enfrentar rezagos del pasado enraizados en nuestra sociedad, buscar alternativas, recabar apoyos, porque el país necesita de nosotras”.