CAMAGÜEY.- Trasnochados por el sueño americano levantan cantos de sirena. Fabrican imaginariamente que, con el restablecimiento de las relaciones Estados Unidos-Cuba, la abolición de la Ley de Ajuste Cubano es inminente, oprobiosa regulación que privilegia a los nativos de esta isla, como a ningún otro emigrante en el mundo, a arriesgar sus vidas a cambio de acceder a la “nación de las libertades”.
Cientos de hombres, mujeres y también inocentes niños en composición familiar han perecido en la travesía hacia Miami. Los que han quedado a salvo recuerdan la “hazaña” como una pesadilla tormentosa en la encrucijada hacia la muerte casi segura.
Camagüey no escapa al síndrome de la emigración ilegal de determinados segmentos de la sociedad, incitados por “comerciantes” de personas que exigen cuantiosas sumas de dinero. Apelan a los más increíbles pretextos para organizar la “expedición”, sin poner reparo en la falta de seguridad de las embarcaciones y que infringen normas internacionales de navegación.
No hace mucho de una de nuestras presas, dedicadas a la captura de peces de agua dulce, sustrajeron un frágil bote, conocido como “chernera” por los pescadores y que fue empleada para abandonar el territorio nacional.
Quienes abordaron la embarcación se vieron obligados por voluntad propia a solicitar –a pocas millas de las costas—auxilio a las autoridades cubanas. El país como no abandona a ninguno de sus hijos acudió al rescate.
Hace unos años las salidas ilegales tomaron un matiz dramático, quienes querían abandonar el país, lo mismo recurrían a tanques de 55 galones, sujetos a tablas que a camiones adaptados para una travesía en el mar, en fin, se emplearon los más inverosímiles medios.
Los que se arriesgan a la peligrosa aventura no saben lo que es un mar embravecido. Hombres habituados a ese medio llegan a temerle por las inmensas olas y las tempestades a causa de mal tiempo.
Cuando se profundiza en la problemática afloran las causas que facilitan la organización de los inesperados viajes, en primer plano, el descontrol de los recursos y el comprometimiento de choferes de entidades estatales de dar viajes para ganar dinero de manera ilícita. Tanto o peor es hacerse de la vista gorda.
Imagino que quienes por descontrol se dejan llevar una embarcación, motores o maderas para construir naves, no dormirán tranquilos por propiciar el robo y el mal uso del patrimonio estatal.
La nueva política migratoria del país abre las puertas a los cubanos para viajar al exterior, de forma legal y ordenada, y evitar la tragedia de personas al pairo o debatidas entre la vida y la muerte en alta mar o quemados por el sol. Sabemos de algunos osados que han recurrido a la orina para calmar la sed.
El informe del VII Congreso del Partido Comunista de Cuba reconoce que se verifica, en el período más reciente, un crecimiento de las acciones enfiladas a fomentar valores de la sociedad de consumo, la división, la apatía, el desaliento, el desarraigo y la falta de confianza en la dirección de la Revolución y el Partido, y con una matriz de opinión que trata de mostrar la sociedad nuestra sin futuro.
La política migratoria es utilizada por Estados Unidos como un arma contra la Revolución. No es un secreto que la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde 1966, la estrategia de pies secos, pies mojados y el programa Parole para profesionales médicos cubanos, posición que no se corresponde con el llamado cambio hacia Cuba y genera, a la vez, dificultades a terceros países.
No todos los emigrantes utilizan la salida ilegal del país. La mayoría salen acogidos a la política migratoria, pero algunos fuera del territorio nacional transgreden las normas y se convierten en presa del sueño americano y de traficantes de personas.
Hace pocos días, el pasado 7 de septiembre, en la capital cubana tuvo lugar un nuevo encuentro técnico sobre el enfrentamiento al tráfico ilícito de emigrantes y el fraude migratorio entre autoridades de Cuba y Estados Unidos, con el objetivo de incrementar la cooperación bilateral en esa área.
Las autoridades cubanas expresaron su preocupación por la persistencia de la política de "pies secos - pies mojados", la Ley de Ajuste Cubano y el “Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos”, que conceden un trato migratorio preferencial a los ciudadanos cubanos y estimulan la emigración irregular hacia los Estados Unidos, directamente desde el territorio cubano y también desde terceros países, así como favorecen la comisión de delitos como el tráfico ilícito de emigrantes y el fraude migratorio.
Es un llamado a la reflexión. A que se empleen las vías normales para evitar muertes y el luto de hogares cubanos. De no ser de esa manera quienes lo hagan se exponen a adquirir un boleto para un viaje que puede ser con, o sin regreso.