CAMAGÜEY.- El colega Oreidis Pimentel Pérez había hecho llegar a nuestra redacción una argumentada opinión sobre el excesivo precio del Miragur, que se comercializa en la Casa del Lácteo, en la calle Independencia y General Gómez, que de $50.00 el valor de diez litros aumentó inesperadamente a 100, “sin que sus componentes sean importados o hubieran encarecido sus costos”.

El incremento de su valor fue un detonante para que la preocupación llegara a la más alta instancia del Gobierno en la provincia y esta ejerciera el correspondiente control y exigiera a la Empresa de Productos Lácteos subsanar cualquier incorrección en los cálculos en la ficha de costos. La respuesta no demoró y a principios de semana en la tablilla del establecimiento apareció otro monto a favor de los clientes: $53.00, demostración práctica de que los oídos y los pies están puestos en la tierra.

Ello frena la tendencia de enmascarar la ineficiencia con la subida irracional de los precios, sin tener en cuenta los elementos que concurren para crear la ficha de costo: valor de las materias primas, materiales, de los recursos energéticos, gastos de salario, de otro tipo y depreciación, por solo citar estos indicadores.

Sería exagerado afirmar que a cada paso hallamos alteración de precios, pero lo que sí resulta incomprensible es que el valor de acceso a un centro de recreación de adultos con sus niños estuvieran a $20.00 en El Lago de los Sueños y reducido ahora a dos pesos los niños y cinco los adultos.

Quien quisiera entrar al centro nocturno Alkázar debía abonar $300.00 contantes y sonantes, un precio formado desde la burbuja, sin fundamentarse en un estudio de mercado. Ahora, aunque elevado todavía respecto a los actuales salarios estatales, se cobran $150.00.

Los precios hay que sustentarlos con argumentos sólidos, no el que se le ocurra a nadie por capricho, con el interés de evitar lo que hemos escuchado de que una libra de mortadella cueste $46.00, mientras productos de superior calidad tienen un precio inferior.

Para los que tenían dudas del precio de los ómnibus locales que recorren la ciudad de Camagüey y existía la disyuntiva de cobrar $3.00 a los que sobrepasaban el perímetro urbano, quedó aclarado por el director de la Empresa Provincial de Transporte que es uniforme de $1.00.

Por eso, la sistematicidad debe primar en el chequeo de los representantes gubernamentales y de las organizaciones políticas, de masas, y entidades estatales que ahora mismo pulsan, en los 13 municipios de la provincia, cómo allá abajo se encara la Tarea Ordenamiento y la lucha para desaparecer los precios abusivos, y que reine un ambiente de orden y de disciplina en el tejido social camagüeyano.

Muchos compartirán nuestro criterio de que los precios son motivos hoy para discrepar mientras no se llegue a la comprensión por parte de las empresas, y también de los trabajadores no estatales, de que deben afilar el lápiz y sacar bien los cálculos; las autoridades exigir porque todo se cumpla al pie de la letra acordada, y entre todos, pueblo, entidades y Gobierno, cerrar de una vez el paso a quienes estuvieron acostumbrados a vivir de revender, sin miramientos con el pueblo.