CAMAGÜEY.- Parece una película del lejano oeste, al más puro estilo tejano. Donald Trump acaba de ofrecer una recompensa de 50 000 dólares a quien le dé algún dato sobre el informante que filtró detalles de su llamada al mandatario ucraniano para pedirle colaboración en la investigación contra Joe Biden, precandidato demócrata a las presidenciales del 2020.

El exvicepresidente de Obama es hasta hoy el de más posibilidades para alzarse con la nominación y por eso le buscan trapos sucios y lo acusan de corrupto. Sin embargo, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hoy por hoy tercera figura en el escenario político norteamericano, anunció que comenzarían las investigaciones para un posible juicio político contra Trump.

Ya Rudy Giuliani, abogado personal del multimillonario neoyorquino, fue citado al Congreso para dar explicaciones sobre la dichosa llamada. Alguien podrá decir que no está mal que un jefe de Estado se comunique con otro y le pida colaboración en una investigación. Pero el asunto se complica cuando se le saca provecho, sobre todo por motivos electorales. Aquí precisamente radica el supuesto abuso de poder al que hace alusión la Pelosi.

¿Qué dicen las encuestas? Pues de 2 059 entrevistados, el 55 % apoya el inicio de las pesquisas, incluyendo el 23 % de los republicanos. Nada bueno deben haber hablado Trump y Volodymyr Zelensky cuando la Casa Blanca protegió la conversación con medidas extraordinarias de seguridad.

Si el Comité de Inteligencia —de mayoría demócrata, incluido su presidente, con viejas rencillas con Trump— da un solo dictamen de que sí se tipificó el delito, el caso va al pleno de la Cámara, y ahí casi está "frito" el mandatario norteamericano, pues también se encuentra dominada por la oposición, y con una mayoría simple, hay que darle apertura al juicio político.

¿Qué vendría después? El pleno de 100 senadores se constituye en un tribunal, liderado por el presidente de la Corte Suprema. Igual que en un juicio, defensa y acusación presentan las pruebas. Aquí los republicanos sí cuentan con mayoría, y cómo votarán es la gran incógnita, pues Trump no representa al establishment del Partido. Para destituirlo se necesitan 67 votos. De lo contrario, sea cual sea el resultado, está absuelto.

 Gráficos de la Cámara y el SenadoGráficos de la Cámara y el Senado

 

 

 

 

 

Cuando el escándalo de Watergate la Cámara votó a favor del juicio, pero no hizo falta seguir el proceso por la renuncia de Nixon. Algo interesante es que el abogado personal de Trump contrató al fiscal que tuvo a cargo las investigaciones de Watergate para asistirlo en la defensa. El otro caso más reciente fue el del adulterio de Bill Clinton con su amante de entonces de 22 años, Mónica Lewinsky; aquí igualmente la Cámara Baja autorizó el juicio, se constituyó el tribunal, los 55 republicanos estuvieron a favor de la destitución y los demócratas votaron el NO, sin alcanzarse los dos tercios.

¿Cómo pudiera quedar toda esta historia? Cierto que Trump tiene ya un desgaste político provocado por sus locuras. A eso apelan los demócratas, pero todo parece indicar que es más humo que otra cosa, toda una maniobra electoral de ambos partidos. El Presidente y candidato a la reelección puede salir fortalecido del proceso, ahora ningún escándalo por grande que parezca tiene influencia en las elecciones y mucho menos deben alcanzar el quórum necesario para la destitución.Contra Cuba, a la vez que se complica el juicio político, pudieran surgir más medidas. Marco Rubio, miembro del comité de inteligencia del Senado, es un hombre clave en la supervivencia de la actual administración y habrá que mantenerlo contento.Duelo a muerte en Washington

Cómo acabará esto: depende de la Pelosi, quien tendrá que usar todas sus habilidades manteniendo la unidad en las filas demócratas, y controlando los tiempos para intentar que la delicada operación no se convierta en un arma que refuerce la candidatura de Trump. El duelo a muerte está planteado.