LA HABANA.- EL sexto mes del año es el segundo del período lluvioso en Cuba y es como promedio cuando mayor cantidad cae, pronosticó el Centro del Clima, del Instituto de Meteorología (INSMET), en su habitual estimado de la temporada que va de mayo a octubre.

Una parte considerable de los acumulados de precipitación ocurre asociada a eventos de varios días de duración, los que suceden principalmente en las primeras dos decenas del mes, según los profesionales del colectivo en sus cálculos del período.

Aclararon que los aguaceros dependen de la influencia de los sistemas migratorios de la zona tropical, tales como las ondas y las bajas tropicales, y de su interacción con sistemas de latitudes medias.

Sin embargo, indicaron que la afectación directa de los ciclones tropicales es poco frecuente, pero cuando ocurre suele generar grandes diluvios.

Advirtieron que también comienza en junio la etapa de gran actividad de las tormentas eléctricas, la que no se inicia simultáneamente en todas las regiones y se manifiesta por un gradual incremento de la ocurrencia de las eléctricas, principalmente durante la tarde y primeras horas de la noche, en asociación con el calentamiento diurno.

En el océano Pacífico ecuatorial se mantienen las condiciones propias de un evento La Niña - Oscilación del Sur (AENOS), mientras han persistido las anomalías negativas (frías) de la temperatura superficial del mar en el océano Pacífico central y oriental con sus valores propios.

No obstante, señalaron que en el océano Atlántico se mantienen anomalías positivas (cálidas) de la temperatura superficial del mar, al igual que otros indicadores atmosféricos propios de un evento AENOS (Índice de la Oscilación del Sur).

Sobre la base de los modelos consultados por el Centro del Clima, las condiciones atmosféricas y oceánicas presentes y el criterio de expertos, se espera que ocurran precipitaciones de175,3 milímetros en occidente, 154, 6 en el centro y 120,7 en el oriente.

En ese orden, las temperaturas serán de 31,4-32,6 grado Celsius, que junto con el kelvin se ha convertido en la unidad vigente termométrica, de 31,6-33,1 y 31,8-32,7, respectivamente.