CAMAGÜEY.- Sin esperar equipos nuevos ni flamantes piezas y accesorios de repuesto el sistema provincial de Acueductos y Alcantarillados del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) en Camagüey, repara sistemas obsoletos de bombeo, pone nuevas conductoras y redes de polietileno de alta densidad de diferentes diámetros, y corrige salideros con principal prioridad en Nuevitas, una de las urgencias de abasto a la población y la industria en el país.

Este miércoles, el bregar intenso se apreciaba desde la planta de bombeo Saramaguacán hasta las redes urbanas de la ciudad industrial-portuaria.

Por dicha planta llega el agua proveniente de la presa Cubano-Búlgara —la mayor fuente de abasto de la provincia, con capacidad para 137,6 millones de metros cúbicos (mm3), la cual posee cobertura hoy para más de 500 días de suministro— y de la Máximo, otra de las fuentes superficiales a la ciudad de Camagüey, con alrededor de 412 días de cobertura hídrica.

“Sí, también en Pontezuela se están recuperando los sistemas de bombeo”, expresó Betsy Rodríguez Cardoso, directora de inversiones del INRH en Camagüey.

La ingeniera corroboró, además, que los embalses tienen agua suficiente, pero la limitación está en enviarla desde los diferentes reservorios a los hogares de la capital agramontina y a las principales industrias de Nuevitas, donde se concluyeron las conexiones con la termoeléctrica 10 de Octubre y las fábricas de cemento 26 de Julio y de fertilizantes Revolución de Octubre.

Por la estación Saramaguacán, nombre del río surtidor del embalse Cubano-Búlgara y otros de suma importancia, llega el líquido a través del hidrorregulador Las Flores, proveniente de esa presa y desde allí se bombea por conductoras diferentes: por una de 630 milímetros de diámetro se envía el agua cruda, sin tratar, para las industrias mediante un recorrido de unos 20 kilómetros de tuberías y redes diversas, y por otra de 800 milímetros se bombea a la potabilizadora, también en renovación con piezas recuperadas, incluido el tanque elevado de reserva de 1 000 mm3 de capacidad subutilizado por años.

En la potabilizadora trabaja arduamente una brigada de jóvenes vinculados al proyecto de desarrollo local Ganev, con notorios logros y una dificultad por vencer: el tratamiento cloral de esa planta que, según la ingeniera Betsy, beneficia a más de 37 000 consumidores nueviteros.

En Nuevitas, como en toda Cuba, se sufren los efectos del bloqueo de los Estados Unidos y los apagones, pero los trabajadores de acueductos, lejos de lamentarse y cruzarse de brazos, ponen los escasos recursos para resolver las dificultades más urgentes como el suministro del agua tratada, con calidad para la población y “cruda” hacia las industrias, viejo anhelo en el municipio, y posible hoy en medio de tantas escaseces por la unión de alternativas locales.

En ese empeño laboran mancomunadamente los trabajadores de Acueducto de Nuevitas y la provincia, sus dependencias fabriles, entre las que sobresale el taller de maquinado de la “Termo” y otras industrias de apoyo, que no esperan por nuevos créditos necesarios para adquirir recursos, sino “inventan” soluciones con piezas y accesorios viejos, recuperados en Camagüey y otros territorios de la nación como los motores sustituidos en Palmarito, Villa Clara, uno de los cuales nos mostró orgullosa —en pleno apogeo de funcionamiento— la jefa de estación Saramaguacán, Ileana Gómez Noa.