CAMAGÜEY.- Sobre los primeros momentos que posibilitaron la aparición y progresiva evolución del movimiento comunista, aparejado al de la clase obrera, en Camagüey, las figuras principales, los aciertos y desaciertos, versó la conferencia del destacado historiador, Francisco Luna Marrero, desde el Complejo Cultural Ateneo Viet Nam, situado en la céntrica calle República de esta ciudad.

Se refirió el estudioso a los años de la incipiente República Neocolonial, etapa en la que “Cuba era un campamento militar de los Estados Unidos, gobernada por Leonardo Wood”, y de cómo con el conveniente desarrollo de la infraestructura azucarera de la isla, posibilitó la entrada de mano de obra extranjera, de 37 países, que traían consigo ideologías anarquistas, transformadoras de la estructura obrera en la nación.

El también Premio Provincial de Historia Elda Centro Gómez 2023, habló de “la importancia de Camagüey dentro del movimiento obrero en el país, con figuras representativas de la talla del presidente de La Unión, organización sindical de los trabajadores y empleados del Ferrocarril del Norte de Cuba, Enrique Varona González, quien logró movilizar a los sindicatos de Las Villas, Camagüey y Oriente, en pos de sus derechos, en la década de 1920”.

Explicó Luna Marrero que la creación de los soviets en el territorio resultaron “sucesos trascendentales en el reclamo de los trabajadores”. Refirió que se fundaron en los centrales Senado y Jaronú, y que en ese último estalló una protesta, dirigida por el Comité de Huelga, que tuvo resonancia sin que mediara la violencia.

Ocupó un momento del encuentro el paralelismo entre las medidas radicales tomadas por Antonio Guiteras, durante el Gobierno de los Cien Días, y las aprobadas luego del Triunfo de la Revolución Cubana. Destacó el ponente cómo “la lucha contra el fascismo convocada por Fulgencio Batista, y las orientaciones de la Internacional Comunista, que movilizaba a la lucha para enfrentar a ese enemigo común, provocó una coalición entre el Partido Comunista con las facciones más reaccionarias”.

El especialista calificó de equivocada la postura de esos representantes de la izquierda, y aclaró que “a pesar de la errónea decisión, se debe comprender que todavía no había una postura ideológica madura entre sus afiliados. Sin embargo, hubo voces que mostraron su desacuerdo como la del líder comunista, en Céspedes, Celestino Fernández”. Abundó el investigador sobre las complejidades de la lucha obrera, en el gobierno de Ramón Grau San Martín, y concluyó con una invitación a cubrir las zonas de silencio, de nuestra historia local, para alcanzar una mirada más profunda a los hechos patrios.