CAMAGÜEY.- El legado de las tradiciones japonesas, recibidas a través de la herencia familiar, resultó el epicentro del segundo día de la X Jornada de la Diversidad Cultural para el Diálogo y Desarrollo, que inició con una ponencia sobre las prácticas y costumbres que enriquecieron a la colonia nipona de la Isla de la Juventud, impartida por la líder de ese asentamiento, Nancy Oropesa Barceló.
Destacó la coordinadora de ese grupo social cómo “se ha promovido la revitalización de los lazos que nos atan con Japón, por ejemplo, con los bailes típicos, la vestimenta de los trajes llamados yukatas, usados en festividades especiales, y la preparación de platos a base de pescado, bambú comestible y el empleo de la salsa de soya como acompañante esencial”.
Oropesa Barceló, elogió en ese espacio la efectiva labor del proyecto Manga Q’Ba, de esta provincia, para aglutinar a las juventudes y sembrar en ellos la energía positiva que mana de la filosofía de la nación del lejano oriente. Le siguió la intervención de Sayuri Shikui, quien representó a la investigadora de Santiago de Cuba, Lidia Antonia Sánchez Fukushiro, para abundar acerca de la comunidad nikkei, segunda generación de japoneses, en esa zona del oriente cubano.
Sin perder el eje central, el especialista de la Casa de la Diversidad Cultural Camagüeyana, Oreidis Pimentel Pérez, habló de las Confluencias entre el béisbol de Cuba y Japón. Comentó cómo varios peloteros de ascendencia japonesa como los hermanos José y Luis Homma, y Jacobo y José Endo, se insertaron en la historia del deporte nacional de la Mayor de las Antillas.
Otras de las estampas ofrecidas por el también periodista estuvieron relacionadas con exponentes del pitcheo submarino como Nino Hernández, Celestino León y Arnelio Acosta y los partidos entre los Gigantes de Yomiuri y los Cuban Sugar Kings, en el 1955, y el del equipo de Japón y Camagüey, el 31 de noviembre de 1974, en el estadio Cándido González Morales.
Sobre la influencia cultura japonesa en la sociedad cubana actual, en especial acerca de los beneficios y perjuicios que el consumo de los productos en su mayoría, audiovisuales, pueden ocasionar a las nuevas generaciones, habló Carmen Rosa Olazábal López, mientras, la historiadora, Bárbara Oliva García, y la especialista del Museo Provincial Ignacio Agramonte, Annerys Fernández Mendoza, se refirieron a algunas de las piezas que atesora la institución, vinculadas al Estado nipón, como armas de combate, jarrones, vajillas, abanicos y objetos decorativos.
Concluyó la sesión matinal con La influencia del género bijin-ga en la consolidación de la cultura estética femenina en el período Edo (1603-1868), por Yeni Yeisi Adán Castellanos, y, en la tarde, aconteció el cierre de la cita desde la Casa de la Diversidad Camagüeyana.
Las palabras de la clausura estuvieron a cargo de Pimentel Pérez, quien convidó, a nombre de la entidad organizadora, la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, a la oncena edición de “la Jornada”, a celebrarse en el 2025, y que tendrá como tema principal los oficios tradicionales de los grupos llegados a Cuba, su influencia, imbricación y transformaciones.
Enfatizó Oreidis que esa dedicatoria estará relacionada a los quehaceres, con la ocupación médica, las maneras constructivas en el patrimonio edificado, la muerte como hecho cultural, a partir de los monumentos funerarios, y los géneros de la música popular tradicional, desde sus cultores, lutieres e intérpretes.
Concluyó el encuentro con una despedida a los participantes, con el gusto de la frase utilizada por los japoneses para agradecer, arigato, por el conocimiento y la aproximaciones entre dos naciones, diferentes, pero hermanadas cuando se comunican sus raíces.