CAMAGÜEY.- Sobre la geografía camagüeyana se tienden siete centrales eléctricas de generación distribuida, soporte indiscutible para la estabilidad energética de Cuba, emplazamientos atendidos por la Empresa de Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos (Geysel), una de las dependencias de la Unión Nacional Eléctrica que no sobredimensiona su objeto social.
Desde julio del 2022, la provincia recibió mejoras tecnológicas para la realización de cinco mantenimientos capitales, el primero de ellos en la central de Guáimaro, ubicada en la senda izquierda antes de arribar a la legendaria cuna de la Constitución y que como todas son movidas por combustible diésel.
De acuerdo con lo explicado por el ingeniero Carlos Rubio Limonta, director de la UEB Geysel Camagüey, el resto de los componentes de esa planta están en óptimas condiciones de trabajo y han continuado en ellos los ciclos de mantenimiento para mantener la disponibilidad. “Hay motores –reiteró– a los que se les da un seguimiento especial, depende de la cantidad de horas antes de arribar al mantenimiento general”.
De los mantenimientos capitales, tres se realizaron en Guáimaro, y otros dos en las instalaciones de generación distribuida de Florida.
Los 29 motores en funcionamiento generan una capacidad potencial de 40,7 Megawatts, los que se aportan al sistema nacional, de acuerdo con las necesidades requeridas por el despacho de carga, principalmente en el horario pico, aunque están disponibles las 24 horas del día.
Esa cifra de generación significa poco más de ocho veces la cantidad de MW que producía la planta Manuel Julien, que funcionó en una de las áreas del actual Recinto Ferial.
Los trabajadores de Geysel no se amilanan ante las dificultades acarreadas por la situación económica del país y al frente de ellos, el vigoroso movimiento de innovadores y racionalizadores, entre los que sobresale Leonardo Cutiño Guerra, quien ha reparado piezas y componentes que anteriormente se cambiaban por nuevos mediante planes de importación.
No siempre que se llega a la unidad empresarial Geysel, radicada en la Circunvalación Norte, cerca de la cervecería Tínima y de la escuela vocacional Máximo Gómez, puede encontrarse a Cutiño ni los demás integrantes de la brigada de diagnóstico de la institución, pues por lo general andan de recorrido por diferentes centrales de generación distribuida o grupos electrógenos.
Camagüey solo tiene una planta sin funcionar, la instalada en la Carretera Central, vía oriente, a menos de dos kilómetros del central Siboney, diseñada con otra tecnología para la cual no entran piezas, y permanece a la espera de que se decida aplicar otra variante.
Según una definición aparecida en la Revista Cubana de Ingeniería en el 2020, la generación distribuida es la obtención de electricidad “mediante instalaciones que son suficientemente pequeñas en relación con las grandes centrales de generación, de forma que se puedan conectar casi en cualquier punto de un sistema eléctrico”.
Por esa característica han resultado clave ante las salidas por diversas causas de las termoeléctricas del país y otros fallos del Sistema Electronergético Nacional.