CAMAGÜEY.- Con 10 247 positivos a la COVID-19, julio se convirtió en el peor mes desde que inició la epidemia en marzo de 2020. Además, superó el total de los casos acumulados de la llegada de la enfermedad al 30 de junio, promediando más de 330 diarios. Con esta cifra la provincia acumula, solo en lo que va de año, 20 190 confirmados.
En el mes que recién concluyó fallecieron 105 personas, a un promedio de más de tres por día, lo que situó la letalidad de Camagüey por encima de la media del país.
En ese sentido Juan Jesús Llambías Peláez, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Camagüey, explicó que las causas tienen que ver más con la respuesta de Salud y el momento en que llega la persona a recibir asistencia médica. A ello se suma la presencia de la cepa sudafricana desde finales de junio, aunque no se descarta la aparición de otras, sobre todo porque la situación más complicada la presentan los territorios fronterizos con la provincia Ciego de Ávila: Carlos Manuel de Céspedes, con 1809 casos por cada 100 000 habitantes; Florida, con 1 785, y Esmeralda, con 1 210, lo cual puede sugerir la presencia de la cepa delta.
El territorio cabecera provincial tiene 881 enfermos por cada 100 000 habitantes. El resto, todos muestran tasas por encima de 100, lo que eleva la tasa de la provincia a 786,9 manteniendo el crecimiento de las últimas semanas.
Actualmente se realizan controles en 1 954 focos activos y se acumulan 43 eventos de trasmisión en el año, 21 de ellos ya cerrados, mientras que los 22 restantes se dispersan por seis territorios. El grupo etario que más confirmados aporta es el de 26 a 40 años, con 4 806 casos positivos en lo que va de 2021.
En los últimos 15 días ha habido un marcado ascenso en las cifras de enfermos, con 6 028, de ellos 39 viajeros, tres con fuente de infección por precisar y 5 986 contactos de casos confirmados, por lo que sigue siendo este grupo el de mayor complejidad epidemiológica.
La situación epidemiológica en la provincia es muy compleja y recaba del actuar responsable de la población para protegerse y para concluir el proceso de inmunización que nos pondrá en mejores condiciones de enfrentar la enfermedad.