CAMAGÜEY.- Con más de 980 millones de metros cúbicos de agua almacenados en sus embalses, esta provincia ocupa el 81,2 por ciento de su capacidad total, y en estos momentos vierten 19 reservorios, una favorable situación que propiciaron las lluvias ocurridas recientemente.

Luis Mane Gómez, técnico en manejo de los Recursos Hídricos de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico del territorio, informó que las 12 presas destinadas al abasto a la población acumulan el 84 por ciento de su volumen, y ocho de ellas se encuentran aliviando, con lo cual superan la media histórica registrada en esta etapa.

En la provincia de Camagüey, la de mayor infraestructura hidráulica de Cuba, existen 54 embalses, de ellos 44 superan la mitad de su capacidad de llenado, incluyendo los que hoy vierten, apuntó el especialista.

La presa Jimaguayú, apuntó Mane González, la más grande del territorio con capacidad para recepcionar 200 millones de metros cúbicos de agua, se encuentra al 93,8 por ciento, ante lo cual se establece constante vigilancia.

Según la citada entidad, desde que comenzó el 2019 hasta la fecha, las precipitaciones en el territorio se comportan al 105 por ciento de pluviosidad con respecto a la media histórica anual de mil 283 milímetros de lluvia.

A solo nueve días de iniciado octubre los municipios de Carlos Manuel de Céspedes, Minas y Nuevitas reportan acumulados por encima del promedio histórico para este periodo, mientras Florida, Esmeralda, Camagüey, Jimaguayú, Santa Cruz del Sur, Najasa, Sierra de Cubitas y Guáimaro registran más de la mitad de la media mensual.

En tanto la red de pluviómetros de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico indica que solo Sibanicú y Vertientes están por debajo del 50 por ciento de pluviosidad.

Hasta el momento se cumple el pronóstico mensual emitido por el Instituto de Meteorología en su sitio digital http://www.insmet.cu , al estimar a octubre – último del período lluvioso en Cuba-, como uno de los meses más lluviosos del año en el país.

Refiere la citada web que la influencia del anticiclón del Atlántico disminuye considerablemente en esta etapa con respecto a julio y agosto, lo que unido al paso frecuente de las ondas y las bajas tropicales, así como de los primeros sistemas frontales, propicia el incremento de las precipitaciones.