CAMAGÜEY.- Con la calidez y el orgullo de un hijo predilecto fue recibido este jueves en Camagüey el bicampeón olímpico y multimedallista mundial Julio César La Cruz Peraza, proveniente de su participación en los Juegos Olímpicos de París y con la corona obtenida en la Noche de Campeones de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA).
Tras el recorrido por las principales arterias de la ciudad y con el cinturón que lo acredita como campeón mundial profesional de los pesos cruceros, La Cruz declaró en rueda de prensa sentirse emocionado por la acogida de su pueblo “estoy muy agradecido, no hay nada como regresar a casa y traer una vez más una victoria para mi provincia”, señaló.
Sobre su participación en las recién concluidas Olimpiadas, el pugilista hizo mención a la importancia del apoyo recibido por su equipo técnico, familiares y seguidores en su recuperación psicológica tras caer en primera ronda frente el cubano nacionalizado azerí y a la postre subcampeón olímpico Loren Berto Alfonso.
“París fue un golpe duro, sin embargo me queda la convicción de que di todo sobre el ring y el esfuerzo es lo que prevalece. No fue fácil rebasar el impacto de la derrota, pero gracias a mis entrenadores, compañeros de equipo, familia y todos los que de una forma u otra estuvieron al pendiente de mí, logré levantarme en vísperas de mi próximo compromiso competitivo”, constató.
El cartel profesional desarrollado en La Habana, el pasado día 28, significaba para muchos el fin de una era para “La Sombra”; pero el agramontino expresó su disposición y buena forma para enfrentar futuros compromisos.
“La reciente victoria en esta cita boxísitica reafirma mi voluntad de seguir aportando a las filas del equipo nacional y continuar listo en disposición del colectivo técnico. No puedo asegurar nada con respecto al próximo ciclo olímpico, no obstante, aún me siento con mucha fuerza”, resaltó.
De la mano de las principales autoridades deportivas del municipio y la provincia, el único campeón en citas bajo los cinco aros de la demarcación en la última década fue reconocido por su reciente logro y participación olímpica, y abrazado por su pueblo al grito de “Hay La Cruz para rato”.