CAMAGÜEY.- Parecen los reyes de la Francia del siglo XVIII, pero son modelos de esta ciudad en la novedosa pasarela en la calle, que hoy será apreciada por última vez en el paseo del San Juan Camagüeyano 2019.

Es uno de los atractivos del mayor espectáculo andante en Cuba, dentro de este tipo de fiestas populares, que no se basa solo en el caminar por caminar con semejantes atuendos.

Ella representa a María Antonieta y él a su esposo Luis XVI, ambos condenados en su época por el despilfarro y la desconexión con la penuria de su pueblo, poco antes de la Revolución Francesa.

Se cuenta que una intriga orquestada a partir de un collar de mil diamantes, rubíes y esmeraldas pretendido por la reina, desencadenó una campaña política en contra de la monarquía y ella terminó en la guillotina.

Luis Orlando Antúnez concibió el pasacalle con la colaboración de los vestuaristas Edel Martín, Richard Ermida y Yasmani López, quienes diseñaron estos vestuarios para una de las carrozas de las Parrandas del centro de Cuba.

“Es una propuesta para fantasear. El San Juan admite todo, es una fiesta popular. El público camagüeyano nunca había visto esto”, insistió a Adelante Digital, el director artístico Luis Orlando Antúnez.

También enfatizó en la capacidad de Glamour francés, título de la pasarela, como prueba de acciones artísticas, interesantes y delicadas que enriquecen la visualidad del paseo y satisfacen al pueblo.

Seis parejas de la casa de modas D´Leiva exhiben las piezas durante un recorrido de alrededor de un kilómetro desde el parque Agramonte hasta la plaza de la Caridad.

Según Edel Martín, el peso del traje depende del diseño y del tamaño, incluso los ha hecho de más de 100 libras, aunque calificó de ligeros los traídos a Camagüey porque pesan entre 10 y 15 libras.

Este vestuario con tema francés fue concebido para una de las carrozas de las espectaculares parrandas de Remedios, Caibarién, Camajuaní y Vueltas, festejos tradicionales más importantes del aquel territorio.

“En la región central del país son 18 parrandas. Somos tres vestuaristas y anualmente hacemos de cuatro a cinco colecciones cada uno para esas parrandas”, contó Edel Martín.

Casi todos los materiales son importados o enviados desde el exterior del país por admiradores de la práctica cultural, aunque también el gobierno local de Villa Clara confiere presupuesto.

“Estoy por primera vez en Camagüey y me ha impresionado mucho. He hecho trabajos para pasacalles o pasarelas de fantasía en la calle y nunca había tenido unos modelos tan geniales. La ciudad me encantó”, concluyó el villaclareño.