CAMAGÜEY.- El agua como un torrente del cielo provoca sobresaltos en el Festival Nacional de Teatro en esta ciudad, que en plena temporada ciclónica hace valer parte de lo sobresaliente de la escena cubana de los últimos dos años.

Aunque la turbulencia del tiempo intentó diezmar la apertura, el Teatro Principal descorrió sus telones para el espectáculo Hasta que Facebook nos separe, el cual se repondrá esta noche con la certeza de una demanda insatisfecha porque si lo hubieran programado en el estadio, inclusive allá quedaba chiquito para la convocatoria del humorista Luis Silva.

Tras otro aguacero hoy la función de las cinco de la tarde parecía coartada frente a la avería que dejó varias salas sin electricidad, mas el público se mantuvo y aprovechó para retratarse junto a los actores populares, como el propio Luis Silva y Kike Quiñones.

Después de pocos minutos reestablecieron el servicio, se hizo la luz y empezó la obra programada, por ejemplo, el Teatro Avellaneda acogió Jacuzzi, del grupo Trébol Teatro, de Holguín, fundado y dirigido por el actor y dramaturgo Junior García.

Esta obra, concebida como teatro arena, y por ende, con una limitación de espectadores en relación con la capacidad mayor del Avellaneda, también evidenció la sed de este tipo de propuestas con riqueza visual y pensamiento con sello de jóvenes teatristas en franco diálogo con la Cuba contemporánea.

La relación estrecha con el espectador también interesa a Teatro Tuyo, de Las Tunas, apreciado en la sala Guiñol de Camagüey con ¡¡¡Pum!!!, otra vindicación del clown, y objeto del primer desmontaje previsto durante el Festival.

Para el ejercicio de la crítica todos los momentos son aprovechables, tanto los informales entre invitados y participantes, como los formales de las sesiones teóricas matutinas en el Centro de Convenciones Santa Cecilia, y en las intensidades de cada puesta con las energías entre los actores y los públicos, ya sean los expertos en terminologías o los que solo hablan con la sinceridad de sus aplausos.