NUEVITAS, CAMAGÜEY.- Hablar sobre literatura puede parecer un propósito difícil, sobre todo si en lírica, prosa, versos, estilos literarios, métricas y rimas uno no es sabichoso; pero hay una verdad y una certeza que permean la creación: su autor.
Imagínense entonces si los motivos de estas inalcanzables palabras son los de congratular la creación, el trabajo, el impacto comunitario y el espíritu, sobre todo eso, de un espacio de arte y literatura conocido como peña Manuel Maure Parria, allá (acá) por un recóndito paraje costero del norte de Cuba.
Son ya 14 años de vida. Sí, porque otra cualidad no podría definir mejor la existencia transformadora, implicada y protagonista de un grupo de artistas empíricos que apuestan por trascender una literatura autóctona.
Aunque conozco la Peña hace no más de tres años, puedo afirmar que resultan de los mayores galardones de un municipio ribereño, de esas increíbles paradojas que florecen aun en el contexto casi yermo donde nacieron.
Permitiéndome la osadía de ejercitar la metáfora les hablo de una arboleda frondosa y vital, empecinada, resistente, tal como las ceibas hoy centenarias de la titulada ciudad pesquera, portuaria, turística, agroindustrial.
Atreviéndome aún más, si en un verso me cupieran, los dibujaría como un soplo de brisa de mar, oportuna, fresca, relajante, esperanzadora.
Para ustedes literatos, poeta, cuentistas y sobre todo excelentes personas, el mejor de los augurios y un Felicidades con todo.