CAMAGÜEY.- Este viernes 22 de noviembre quedó inaugurada en la galería Larios la muestra fotográfica Tiempos convulsos, del fotógrafo español José Vicente Rodríguez, dedicada a mostrar un importante momento de la historia española, una importante exposición en el programa del Noviembre Fotográfico en Camagüey, un testimonio de primera mano sobre los tiempos inmediatamente posteriores a la caída del franquismo.

Después de haberse mantenido durante casi cuatro décadas en el poder usurpado por la fuerza y tras haber impuesto a todo un país los principios del nacionalcatolicismo, Franco moría en su cama en 1975, derrotado por los años. Con el fallecimiento del último de los dictadores fascistas europeos, se abría para España una nueva etapa llena de incertidumbres y de agitación, de miedos y esperanzas. Una nueva etapa que desembocaría, poco más de una década después, en un estado que recuperaba la democracia parlamentaria y que, a pesar de las dificultades, terminaría por acompasar su marcha a la del resto de Europa.

El camino transitado desde la dictadura fascista hasta la normalización democrática ha sido mostrado en muchas ocasiones como una ruta modélica por haberse realizado de forma rápida e incruenta. Pero si bien es cierto que este tránsito, la llamada “transición española”, ofrece un balance positivo contemplada desde lejos, basta con aproximarse a ella para observar la dureza del proceso. Porque hablamos de un periodo histórico marcado en todo el país por tensiones, por violencia (policial, de extrema derecha y terrorista) y por una agitación que afectó a todas las áreas de la vida social del país.

La transición española se ha mirado casi siempre como un proceso político. Pero aquellos momentos críticos trascendieron ese marco y afectaron a todas las estructuras de la sociedad española. La dictadura fascista había marcado el paso de la vida cotidiana durante cuatro décadas, afectando tanto a la vida pública como a la esfera privada, de modo que era lógico que la efervescencia vivida en esta nueva etapa también afectara a la sociedad en su conjunto: a la organización familiar y a los sistemas laborales, a la educación, la prensa, la cultura y, por supuesto, a la moral imperante. Todas las relaciones fueron puestas en duda, la sociedad entera se puso en revisión durante esta etapa.

Esta auténtica marea de cambios que llegó a todos los rincones de la nación tuvo en la ciudad de Valencia y en toda su región un carácter particular ya que, a las variadas reivindicaciones sociales y políticas del momento, se incorporaron como valor de referencia la defensa de su identidad cultural y de su lengua. Esto provocó una trabada asociación entre la clase trabajadora y los creadores, los intelectuales y los protagonistas de la cultura valenciana.

En medio de este espacio de agitación se encontraba el fotógrafo Josep Vicent Rodríguez. Valenciano comprometido con la lucha antifranquista desde diversas plataformas, este hombre daba en ese preciso momento sus primeros pasos como redactor gráfico profesional. Y no en cualquier medio, sino en la prensa más reivindicativa de Valencia en aquel momento: primero en el semanario Cal Dir, editado por el Partido Comunista local y posteriormente en Valencia Semanal, una revista independiente de espíritu progresista. Como fotógrafo oficial de ambos medios y colaborador de otras cabeceras de alcance nacional, Rodríguez vivió intensamente esos años y los retrató desde dentro y con una óptica profundamente reivindicativa. Mientras la prensa local y generalista seguía poniendo su atención y sus informaciones en los caminos más trillados del día a día, Rodríguez y los medios con los que colaboraba prestaban especial atención a la agitación protagonizada por nuevos actores.

El resultado de aquel trabajo es un archivo único en el que, varias décadas después, podemos descubrir el rostro real de aquellos años en España. En él es visible la fuerza que aún acumulaban los nostálgicos del franquismo o la energía con la que los movimientos obreros ocuparon su espacio en aquel momento; cómo reivindicaban su visibilidad los muchos sectores silenciados por la dictadura (mujeres, homosexuales y transexuales, etc.) y cómo la sociedad civil tenía su propia agenda para lo público, incluyendo urbanismo y legislación, libertades o política internacional.

Las instantáneas, reportajes y retratos de Josep Vicent Rodríguez seleccionados para esta muestra nos brindan la oportunidad de conocer mejor esa transición española mitificada parcialmente y que, al mismo tiempo, es profundamente desconocida para las generaciones más jóvenes. En estas imágenes se ofrece al espectador la posibilidad de conocer la dimensión de aquellos sueños y el alcance real de los cambios sociales y culturales gestados en aquel momento y que, con sus importantes aciertos y sus muchos errores, configuraron las bases sobre las que hoy se asienta la realidad de aquel país.

*Especialista Consejo Provincial de las Artes Plásticas de Camagüey