CAMAGÜEY.- Los dos pitazos largos y cortos en el crucero de San Ramón anuncian la llegada a la terminal ferroviaria de Camagüey del tren que corría con itinerario de salida: 5:25 p.m. del 24 de Julio de 1953 de la estación central de La Habana.

A bordo de sus coches viajaban 16 jóvenes, entre ellos Raúl Castro Ruz y José Luis Tasende, quienes iban rumbo a Santiago de Cuba con el fin de participar de la riesgosa misión del asalto al cuartel Moncada.

El hoy General de Ejército Raúl Castro declaró que nada durmieron en el viaje “el alba de aquel sábado caluroso se presentaba con esa tranquilidad que precede a los grandes acontecimientos…un amanecer como otro cualquiera, pero a mí se me ocurrió pensar que era diferente”.

El grupo lo integraban, además, Manuel Enrique Isla Pérez, Tomás David Rodríguez, Asunción Manuel María Rojo Pérez, Raúl Rogelio de Aguiar Fernández, Mario Chanes de Armas, Francisco González Hernández, Miguel Ángel Oramas Alfonso, Guillermo Elizalde Sotolongo, Genaro Hernández Martínez, Rolando Oscar Guerrero Bello, José de Jesús Julio Madera Fernández y Andrés Valdés Fuentes, Armando Valle López.

En el tabloncillo del área deportiva de Ciencias Médicas Fidel recordó el transito hacia Santiago el 25 de julio de 1953.En el tabloncillo del área deportiva de Ciencias Médicas Fidel recordó el transito hacia Santiago el 25 de julio de 1953.

De este hecho poco se ha hablado en la prensa local, no así de la estancia breve en el Hotel América, Avellaneda y San Martín, de otros cinco asaltantes del Moncada, parada obligada del ómnibus de la línea Santiago-Habana, mientras otros 21 realizaron el recorrido en dos ómnibus de la ruta 80, con parada en el antiguo Hotel Residencial, hoy Puerto Príncipe, enclavado en la Avenida de los Mártires y Rotario.

En ambos sitios sendas placas colocadas en la fachada del inmueble dejan constancia, para la posteridad, del acontecimiento histórico así como ocurre en Los Venaditos, en aquel entonces el pequeño restaurante de Manolo, donde hizo Fidel y otro grupo de revolucionarios escala para almorzar, enclavado en las inmediaciones del hoy hospital militar Dr. Octavio de la Concepción y de la Pedraja del reparto Garrido.

Abordado por la prensa a 36 años de aquel hecho, el Líder Histórico de la Revolución, en el tabloncillo del área de baloncesto de la Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay, recordó pasajes del tránsito por la ciudad de Camagüey aquel 25 de Julio de 1953.

En la fonda de Manolo Fdel y sus acompañantes almorzaron.En la fonda de Manolo Fdel y sus acompañantes almorzaron.

Cuando se dirigían al reparto Garrido a almorzar con el carro rozaron a un ciclista, al entrar a una gasolinera cercana al Casino Campestre, antigua Riverside, actual servicentro Libertad. Ante el susto del hombre -que resultó ileso-, la decisión fue sacar de la billetera 20 pesos y entregarlos, lo que costaba una nueva.

La orientación fue precisa para el trayecto: no hablar por teléfono, escasas paradas, bien para tomar café o ir al baño, sin dirigirse a quienes iban en los otros automóviles.

A Jesus Montané Oropesa, quien conducía un pontiac, a pocos kilómetros antes de la ciudad de Camagüey, los ojos se le cerraron, el carro cabeceo, saliéndose por un momento de la carretera, razón por la que tuvieron que hacer una parada para descansar.

Hotel Puerto Principe,  antiguo Residencial.Hotel Puerto Principe, antiguo Residencial.

El veterano revolucionario de la lucha clandestina en Camagüey, Antonio Massiá Fernández, a sus 86 años desde los recuerdos de su época y de estudiante del Instituto de Segunda Enseñanza, forja de jóvenes como Jesús Suárez Gayol.

"El 26 de Julio sorprendió al estudiantado del instituto, de la escuela de Comercio y de la Normal para maestros. El Moncada nos trajo una luz que nos demostró que había que luchar por otra vía que no fuera con los politiqueros. Después llego a nuestras manos La Historia me absolverá, y fue una guía para nosotros moral y ética".

La historia local es para leerla, estudiarla e investigar, aseguró Massiá, Hijo Ilustre de Camagüey, quien señaló que quedan pasajes de esa época del estudiantado y de los revolucionarios camagüeyanos por escribir y reverenciar.

Ejemplos de ello fue cuando en la Escuela Normal para Maestros se juró la Constitución del 40, la más progresista hasta entonces, y de mujeres que con los años tomaron el camino de la lucha clandestina y otras que desde la serranía se unieron al Ejército Rebelde.

Masía recordó que Reynaldo Benítez Nápoles, uno de los asaltantes del Moncada, natural de Bayamo, hizo su vida política en Camagüey, donde residió con sus padres en Ignacio Agramonte 272.

Trajo a colación una lista de jóvenes que sobresalieron en el instituto y en la escuela de comercio, catalogada por él como un centro formador de pléyade de héroes.

Cito los nombres de Cándido González Morales, Rodolfo Ramírez Esquivel, Paco Cabrera, Gregorio Junco, Manuel Lefran, José Rodríguez Vedo y Noel Sánchez Ávila, "no se puede escribir la historia de los luchadores estudiantiles de Camagüey sin mencionarlo con letras de oro".

Relacionó a Gregorio Junco, Antonio Fontes Carbajo, a los hermanos Nodal, y en el instituto a Jesús Suárez Gayol al frente, Mayito Massia, que no era familia mía, Elpidio Lezcano, Rafael Guerra Vives, Rafael Ollet, Macho León y Felipe Avilés, quien integró con solo 17 años la columna uno del Ejército Rebelde, comandada por Fidel a la que se sumó Gustavo Caballero Oñoz; Faustino Miro y Eduardo Rivero Pozas, quienes sobresalieron en la lucha estudiantil y clandestina.