CAMAGÜEY.- “La idea fue de José Alberto”, comentan las mujeres del barrio desde la distancia porque ninguno de los hombres quiso dar la cara a la prensa. “Él comenzó y lo siguieron los otros, esta cuarentena nos ha unido como vecinos”.
José Alberto, entre los adultos, con 26 años es el más joven del final de la Calle 4ta. del consejo popular Buenos Aires-Bellavista, que desde el día 23 tiene en cuarentena 16 de sus manzanas atendiendo al riego de transmisión allí de la COVID-19.
Al fin se acera. En lo poco que el nasobuco deja ver de su rostro resalta su mocedad, delatada también por una mochilita de tela que parece vacía y dicen que no suelta.
“Aquí había un basurero que queríamos eliminar pero antes no teníamos tiempo porque todos trabajamos. ¿Qué mejor momento que este para hacer algo útil? Así aprovechamos mejor el espacio”, comentó mientras se alejaba.
—¿Y las maticas de qué son?
— De ají, las que se van dando en el patio de los vecinos, y trasplantamos una de calabaza a ver si prospera y allá, al final, sembramos plátanos.
Según nos dicen, esta también será su plaza para celebrar un 1ro. de Mayo diferente, marcado por la pandemia del SARS-CoV-2 que sacude al mundo y a una comunidad que reordena sus rutinas porque la vida no se detiene.
Y tanto es así, que hasta con nombre quedó bautizado el barrio en estos días, pues con alegría cuentan de la primera estancia allí del vicepresidente de la Asamblea del Gobierno Municipal, Yorqui Ríos Varela, quien junto a Norge Torreblanca Carbó, miembro del buró municipal del Partido Comunista de Cuba de la esfera educacional, se encuentran a tiempo completo en la zona aislada.
“Teníamos un problema y él vino a ver qué pasaba, al cruzar el puente dijo: “Este es el golfo” y así se le quedó”.
El pionero de sexto grado Damián López se sumó a las labores de embellecimiento para celebrar un 1ro. de Mayo diferente.