CAMAGÜEY.-Hace varios años, Héctor Moreno Guerra, conocido por Tico en los arrozales del sur de Camagüey, en el Sur del Jíbaro en Sancti Spíritus y hasta en Granma, da fe de la calidad de los filtros cerámicos construidos en la fábrica artesanal de la Empresa de Ciencia e Innovación de las Tecnologías del Agua (Ecita).

Varias personas aquejadas de cólicos nefríticos u otros padecimientos del riñón mejoraron su salud cuando trabajadores de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Daniel Readigo, en la zona de Laguna de Guano, en el municipio de Vertientes, adquirieron dichos artefactos, de mayor efectividad incluso que uno importado con el que contaban para la purificación del agua.

Las personas de tránsito por el kilómetro 4 ½ la Circunvalación Norte, en el tramo entre el hospital Amalia Simoni y la cervecería Tínima, no tienen la menor idea de cuánto se gesta a favor del bienestar humano en la institución adscrita al Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, y que asimila la transferencia de tecnologías, enriquecida con la investigación y la construcción de prototipos, llevados a la práctica social.

LA COLABORACIÓN COMO SELLO

La historia de los filtros nace a raíz de una visita a Nicaragua del ingeniero Leopoldo Gallardo Quiñones, quien fuera el primer director del centro y del técnico Amado Cepero Díaz. Allí contactaron con un belga promotor de varias tecnologías, entre ellas, las bombas de soga, vaquera, malacates, molinos de viento y arietes hidráulicos.

También establecieron nexos con Ron Rivera, uno de los artífices de los filtros cerámicos, quien representaba a la Organización Ceramistas por la Paz, dedicada a difundir en el mundo esta tecnología, cuyo inventor fue el guatemalteco Fernando Mazariego.

El actual director general de Ecita, Máster Pedro González Martínez explicó que Ceramistas por la Paz posee más de 50 fábricas en el mundo. La visita de Rivera a Camagüey fue la oportunidad para dar los primeros pasos en el montaje de la tecnología, muy rústica en sus inicios.

La idea concebida preveía que Industrias Locales asumiera la construcción, lo cual no progresó y se estableció en un área del centro de investigación.

Vital en su desarrollo ha sido la colaboración de la organización Suiza-Cuba. Sus representantes mostraron interés en el proyecto por los beneficios de los filtros para la purificación del agua a escala familiar, fundamentalmente de áreas rurales, donde no siempre se consume ese líquido con calidad.

El aporte financiero de la entidad foránea, equivalente a más de 300 000 euros ha servido para desarrollar la fábrica, entregarlos de manera gratuita a habitantes de zonas intrincadas y dotar al centro de vehículos en función de la gestión productiva y de investigación.

PRODUCIR Y CRECER

La pequeña industria ha entregado más de 5 000 filtros a la población y a instituciones educativas, esperándose con la ampliación de sus áreas incrementar de poco más de 400 unidades a 500 mensuales.

Poseen las suficientes cubetas y nailon, mediante contrato con la Empresa Militar Industrial de Santa Clara. Mientras, la de Camagüey elabora estantes donde son depositados los filtros y un molino de martillo para mejorar el que tienen.

El Talón de Aquiles radica en la disponibilidad de las llaves por dificultades para importarlas, aunque contradictoriamente el aditamento existe en tiendas de Cimex, pero como institución estatal no pueden comprarlas en ese mercado a un precio de 50 pesos, en moneda nacional.

En la ejecución de los filtros cerámicos son empleados dos tipos de arcilla, una cercana al tejar del reparto El Porvenir, en la ciudad de Camagüey, y la segunda en la meseta de San Felipe, ambas se mezclan para asegurar que las piezas no se rajen en el proceso de secado.

“Tuvimos un déficit de aserrín, pero en San Felipe hay suficiente y lo traemos poco a poco con una cobertura hasta mediados del presente año. Después buscaremos una alternativa para suplir el pino con cáscara de arroz, aunque es un proceso más complicado”, precisó González Martínez.

Los cinco operarios: Carlos Manuel Sánchez, Roilandi Cantillo, Lázaro Cabriada, José Vidal, y el jefe de brigada Saturnino Mendoza, son decisivos, todos tienen dominio de los diferentes puestos de labor, bajo la tutela del ingeniero civil Raydel Vidal González, director de investigación, desarrollo e innovación de la entidad, y del ojo avizor de la calidad de la especialista Yadira Ondarse, sin subestimar el trabajo de Héctor Galllo Miranda, encargado del mantenimiento y reparación de la tecnología de la fábrica.

Aunque el objetivo es excluir partículas en suspensión, la pieza de cerámica es capaz de neutralizar bacterias, eliminar la turbidez del agua, disminuir el calcio y el magnesio en su contenido, no eliminarlo. No necesita electricidad para funcionar, procesa hasta 36 litros por día y garantiza agua limpia por 24 meses.

Para extender el valor de uso más allá de dos años es recomendable cepillar el filtro cerámico, por dentro y por fuera, cada quince días, para que no pierda su efecto de mejorar la salud.

El proyecto de colaboración se ha extendido hasta el 2023 a causa de la COVID-19. La licencia comercial permite, previa coordinación, que cualquier persona acuda al centro y compre el filtro. La aceptación hasta ahora es válida, explicó el directivo. “El que lo prueba no quiere tomar otra agua”.

25 AÑOS AL SERVICIO DE LA INNOVACIÓN

A la sombra de una mata de mango y dentro de un tráiler como gabinete de trabajo nació hace un cuarto de siglo el centro integrado de recursos hidráulicos, dedicado al estudio de nuevas tecnologías asociadas a la calidad del agua y en una etapa posterior a fomentar el tratamiento de los residuales humanos que tanto afectan el manto freático y contaminan el medio ambiente.

Veinticinco años se dicen fácil, pero para aquellos soñadores de los inicios el recorrido ha sido de verdadero estímulo, de ver crecer la institución con un capacitado y multifacético capital humano y sólidas edificaciones, seis cabañas para el alojamiento de veinte personas, y los talleres para la  producción de filtros cerámicos y de maquinado de piezas.

En julio de 2019, la entidad adquirió la categoría de Empresa de Ciencia e Innovación de las Tecnologías del Agua, la única institución registrada en el Citma como centro de desarrollo e innovación del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en el país.

“Como productos fundamentales especializados tenemos los arietes hidráulicos y los filtros cerámicos registrados en el Instituto de Higiene, Epidemiología y Microbiología del Agua como purificador para el consumo humano”, añadió el director general.

En el caso del ariete hidráulico, en los edificios multifamiliares eleva el agua hasta un cuarto piso en sustitución de una electrobomba que reporta ahorrar 18 kilowatts diarios de energía eléctrica y garantiza un servicio estable a sus moradores.

Para paliar uno de los problemas que gravita en la contaminación del suelo, las fosas construidas sin un adecuado orden, en Ecita establecieron dos modelos de fosas concebidas en plástico y ejecutadas experimentalmente para su validación. Además, tienen la responsabilidad de realizar estudios de factibilidad y diseños de alcantarillados simplificados en comunidades suburbanas.