CAMAGÜEY.- Más de 475 instituciones educativas permanecen cerradas en la provincia debido al aumento de casos positivos a la COVID-19. El paso a la fase de transmisión autóctona limitada de varios municipios ha obligado a reestructurar los procesos docentes y a buscar alternativas para no detener el aprendizaje.

Aunque la mayoría de los estudiantes se preparan desde casa, otros, cuyos padres son indispensables en sus centros laborales, acuden a las escuelas abiertas con ese fin. De los 90 544 que hoy visualizan las teleclases, cerca de 2 500 se benefician con la modalidad que ya probó su eficacia en la etapa anterior.

OTRA NECESIDAD, NUEVAS MANERAS

La escuela primaria Granma es uno de los doce centros de recepción del municipio de Camagüey. De lunes a viernes llegan hasta allí entre 15 y 22 niños. Para esos alumnos los docentes diseñaron un grupo de actividades que complementan las clases del canal Educativo.

“Tenemos habilitados los locales para la visualización de las teleclases según el año y los ajustes de la nueva parrilla. Cada grado tiene al frente un maestro que asume la preparación durante ese horario y los ayuda en caso de presentar dudas en algún contenido”, argumentó Lilian Núñez Novales, jefa de segundo ciclo.

El grupo lo completan instructores de arte, profesoras de computación, especialistas de Educación Física y de biblioteca. Estas últimas han logrado mediante charlas educativas que los muchachos valoren cuán necesario es el oficio o la profesión de mamá y papá y entiendan por qué sus compañeros están en casa y ellos van todos los días a la escuela.

“Abrimos desde las 6:30 a.m. aunque la mayoría de los niños llegan sobre las 7:30 a.m. en dependencia del tiempo de las familias. Vienen desde su casa con los cinco nasobucos establecidos y les garantizamos merienda, almuerzo y merienda. Hasta la fecha acogemos también a los de otros centros de la zona como los Renato Guitar, Martha Abreu y Enrique Saragosí”, agregó Núñez Novales.

También con la experiencia de la etapa anterior donde dejaron sus puertas abiertas, en el seminternado Grandes Alamedas reciben esta atención a diario unos 20 o 25 niños.

De acuerdo con Ondina Padrón Román, auxiliar pedagógica de preescolar, los espacios donde no hay teleclases se utilizan para ver muñes y películas infantiles, realizar debates de temas de interés según su edad y potenciar los juegos de mesas. Todo ello cumpliendo con rigor las medidas sanitarias de distanciamiento y el lavado de las manos con hipoclorito.

Desde el cierre en enero, los maestros del centro implementaron dos formas de trabajo: a distancia y en grupos presenciales en el aula. Los primeros acuden a los hogares para comprobar cómo reciben las actividades televisivas y las dudas. Esas visitas también le sirven para medir los contenidos de mayor dificultad y una vez incorporados sepan dónde sistematizar.

“Nunca hemos dejado de tener alumnos y eso los padres trabajadores lo agradecen. Se sienten complacidos y seguros porque además de copiar las teleclases, consolidan contenidos”, apuntó Amelia La Red Iturria, secretaria docente del seminternado.

CÍRCULOS DE LA CONFIANZA

Con los círculos infantiles la situación es distinta pues de los 65 de la provincia se encuentran en funcionamiento 63, solo dos permanecen cerrados debido al reordenamiento de la matrícula.

“El porciento de asistencia ha disminuido con respecto a meses anteriores pero seguimos recibiendo a los pequeños. Ahora estamos en un 34.5 % de asistencia, con un promedio de 58 infantes por círculo. En el caso de los municipios que no se encuentran en fase de transmisión autóctona la asistencia es mucho mayor, mientras que en la cabecera provincial se comporta entre un 20 y un 25 %”, puntualizó Clay Pérez Jiménez subdirector de Educación en el territorio.

Como resulta habitual las enfermeras refuerzan las pesquisas activas varias veces al día para la totalidad de niños y educadoras. En caso de que presenten alguna sintomatología respiratoria no se les permitirá la entrada al centro, y para su reincorporación deberán presentar el alta médica.

“De igual modo no se permite la entrada de familiares u otro personal ajeno aunque se atenderán las preocupaciones de forma más específica. Asimismo a los bebés cuyos padres hayan decidido no llevarlos no se les pondrá ausencia injustificada por lo que no pierden su matrícula”, enfatizó el subdirector.

Para Odalis Peña Rodríguez, directora del círculo Lidia Doce, quien ahora rota por el Alas de Mariposa, lo más importante es que la familia ha interpretado que constituyen un lugar seguro. “Saben que en ninguna de nuestras instituciones hasta el momento ha sucedido un evento de transmisión. Cuidamos a sus hijos como si fueran nuestros, eso no ha cambiado”.

Tampoco ha cambiado que el sector educacional con pandemia o no esté al pendiente al detalle de todos sus alumnos. Los esfuerzos se transformaron pero el objetivo sigue igual, velar por la seguridad sin descuidar la calidad de la enseñanza. A lo largo de los años Educación ha vencido grandes retos, el de ahora demanda más amor, y Camagüey tiene suficiente para superarlo.