CAMAGÜEY.- Los guajiros dicen que sus oídos son los ojos, pues se fían más de lo que ven que de aquello que le cuentan. Como Efraín comparte ese credo enseña primero su huerto, bien cuidado, limpísimo y próspero y después asegura que su “éxito” radica en la consagración y en el empleo de bioproductos. No es de ahora —cuando resulta nula la posibilidad de adquirir productos químicos— que él emplea prácticas agroecológicas en “La Yaba del Tesoro” (su parcela). “Casi desde que comencé a trabajar la tierra en la comunidad agrícola La Lucha, en Altagracia, hace 23 años atrás, aplico bioproductos. Utilizo el fertilizante organomineral y el Dimargón (azotobacter), que se producen en la provincia, y el Codamin y Codacítrico, de factura nacional; también, la cal en el control de hongos, bacterias e insectos. Yo me dedico fundamentalmente a las verduras y hortalizas y con muy buenos resultados”.

Efraín Alonso Sifontes, además de fundador de la granja urbana, ha sido inspiración para el resto de los productores de dicha comunidad. Iván del Toro Alonso, joven de 33 años, ha seguido sus pasos.

“En mi parcela, ante la ausencia del nitrógeno granulado, lo hemos sustituido por el fertilizante organomineral, el abono foliar Codafol, el Codacítrico y el Agromenas. Este último lo probamos en la remolacha en la campaña de frío anterior y algunas llegaron a las cinco libras y media. El campo de ají cachucha ya lleva 500 toneladas recogidas y el pepino está muy saludable.

Como abono de fondo en la tierra Iván emplea la gallinaza o estiércol de gallina, el cual posee altos contenidos de nitrógeno, fósforo y potasio.Como abono de fondo en la tierra Iván emplea la gallinaza o estiércol de gallina, el cual posee altos contenidos de nitrógeno, fósforo y potasio.

“A través de la granja urbana nos llegan los productos. Primero hacemos las pruebas y después los generalizamos. Ante el déficit de químicos hay que buscar alternativas y estos bioproductos, al menos en las hortalizas, tienen una efectividad muy similar. Los pruebas y te das cuenta de cuánto benefician el desarrollo de las plantaciones. No se pueden negar sin primero aplicarlos”.

Omar Horta Socarrás es otro guajiro que siempre abre las puertas a la aplicación de la ciencia. En incontables ocasiones su finca El Lago, ubicada en la circunvalación sur y perteneciente a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Renato Guitart de la capital provincial, ha sido polígono de ensayos de diferentes obtenciones de los centros de investigaciones del territorio. “En diciembre realizamos la aplicación del fertilizante organomineral líquido en la floración del mango, para probar su efectividad en los frutales, y los buenos efectos nos sorprendieron a mí y a los especialistas de UCTB Suelos Camagüey, quienes lo crearon y producen. Hice dos sesiones con la mochila y pude constatar el aumento en los rendimientos. “En enero lo apliqué en la guayaba en intervalos entre 40 y 45 días con visibles resultados, más producción en menos tiempo. Experimentamos ahora a pequeña escala en la frutabomba y logra que cuaje el fruto desde la primera floración. Quiero hacerlo en el pepino. Yo no puedo ponerme en contra de la ciencia y todo lo que sea para mejorar, bienvenido”.

ENGRANES VS. DESENGRANES

La obtención de bioproductos en el país y su empleo en la agricultura tiene sus principales antecedentes en la crisis que vivió el país posterior al derrumbe del campo socialista. Entonces se acudió a los abonos tradicionales y al control biológico de las plagas y en esa dirección se puso buena parte de la actividad investigativa de las instituciones. En cuanto cogió un respiro la

economía las lecciones aprendidas entonces se dejaron empolvar en no pocas gavetas y volvieron los químicos (de acción más rápida) a la popularidad. Ahora, entre los innegables estragos que ocasiona el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba y el cierre de fronteras y economías producto de la expansión del nuevo coronavirus, el sistema de la agricultura se ha visto obligado a quitar telas de arañas sobre dichas prácticas.

Darvis Julián Rivas Ramos, jefe de departamento de cultivos varios en la delegación provincial del Ministerio de la Agricultura, explicó a Adelante Digital que la prioridad es utilizar mejor los bioproductos obtenidos en los centros científicos de la provincia y multiplicar las acciones de capacitación para sensibilizar a la mayor cantidad de productores posibles en las ventajas que tiene su empleo.

Con una yunta de bueyes, Efraín prepara la tierra; luego él mismo tira de un singular arado para mantener el cultivo y surcar su huerto.Con una yunta de bueyes, Efraín prepara la tierra; luego él mismo tira de un singular arado para mantener el cultivo y surcar su huerto.

Un paso importante, aunque insuficiente todavía, fue la incorporación a partir del actual año de los desarrollados en la Empresa Productora y Comercializadora de Productos Biofarmacéuticos (LABIOFAM) y en la Empresa Geominera a través de los centros comerciales de la Empresa de Suministros Agropecuarios, (Gelma) ubicados en los 13 municipios de la provincia y que permiten mayor acceso de los agricultores a los mismos.

No han tenido igual suerte las propuestas de la UCTB Suelos Camagüey, pues como sus biofertilizantes se realizan con organismos vivos y requieren determinadas condiciones de refrigeración para su conservación y rápida puesta en el campo y Gelma carece de las mismas, el contrato debe realizarse entre las bases productivas y el centro científico. Aunque mucho se habla del empleo de los biopreparados en diferentes espacios persiste mucha falta de conocimiento e información de las opciones que hoy están a la venta, sus usos y formas de aplicación, sobre todo en el sector cooperativo y campesino, estratégico en la producción de alimentos en la provincia, pues de sus fincas sale el 70 % de los cultivos varios aproximadamente.

Noraida Fleites del Toro, especialista agroquímica de Gelma, llama la atención acerca de cuan baja resulta todavía la demanda de lo que ellos venden, aun ubicados en el mismo territorio. Son excepciones Florida y Sierra de Cubitas. En Vertientes, de los más grandes y con extensas áreas dedicadas a los cultivos varios, no se solicitan los mismos. La preocupación la comparte Pavel Chaveli, director de Suelos. La clave para que haya más comida no es solo sembrar sino buscar un alza en los rendimientos y en ese empeño los bioproductos pueden ayudar. Este deviene asunto estratégico para alcanzar la necesaria soberanía alimentaria en la demarcación y en Cuba. Muchos componentes tiene este engranaje que requiere imbricar, por un lado, el papel rector de las delegaciones del Ministerio de la Agricultura en los municipios y en la provincia, las empresas encargadas de asesorar y capacitar a las bases productivas, los centros científicos y sus proyectos extensionistas; por otro lado, las juntas directivas y el movimiento agroecológico de campesino a campesino de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), el cual si desempeña bien su rol resulta decisivo en la generalización de buenas prácticas, entre otros factores.

El camino ya inició, pero falta mucho por recorrer y el éxito radicará en la capacidad de trabajar juntos. Producir alimentos para el pueblo que tanto lo necesita significa una urgencia en los actuales tiempos. La máxima ha de ser llevar los bioproductos hasta el surco, donde los guajiros hacen parir la tierra, y allí en el terreno capacitarlos sobre las distintas formas de aplicación y demostrarles su valía. Esa es la mejor manera de sensibilizar e instruir, no podemos olvidar que para los hombres y mujeres del campo vista hace fe.

PRINCIPALES BIOPRODUCTOS QUE SE COMERCIALIZAN EN CAMAGÜEY

A TRAVÉS DE GELMA:

Nicosabe o Tabaquina (insecticida).

Microorganismos efi cientes.

Nerea (biofertilizante).

Agromenas-G (biofertilizante).

A TRAVÉS DE UCTB SUELOS CAMAGÜEY:

Biofertilizantes sólidos, sobre la base de humus de lombriz:

Dimargon (azotobacter), BIOFER ® (Rhizobium) y Fosforina.

Humus líquidos.