CAMAGÜEY- En Jicotea, Najasa, abrió por primera vez sus grandes ojos a la verde floresta, pero cual nómada laboriosa prefiere el patronímico de cubana. A los 19 años aprendió a manejar un camión, mas la vi fugaz sobre un tractor en los trajines del Acueducto de Jimaguayú, y años después manejando una volqueta cuando las obras Ciudad-500 en Camagüey.

Ahora, frente a mí, con sombrero de salir, uñas postizas, maquillada de lujo, elegantemente vestida, la reconocí porque se presentó en el evento nacional de Equidad de Género de la mujer en la Construcción, para ratificar que las féminas -sin perder la ternura- pueden desempeñar cualquier faena o puestos de dirección en ese rudo Sector, antes exclusivo solo para hombres.

--¿Eres casada?

-- Tengo hijos y nietos… y me casé, con papeles y todo, hace cinco años con Alberto Niebla López. Es constructor y maneja una volqueta… En esos trajines de la Construcción en Jimaguayú nos conocimos y las fotos de la boda no las ‘tiramos’ encima de la volqueta. En mi casa estamos mi papá, mi esposo, la volqueta y yo… Ansío manejar un camión.

“No, no, no me es difícil trabajar en una obra de la construcción, los compañeros me respetan y ayudan en todo, y mis jefes como saben lo dispuesta que soy, me envían para las obras de choque de la provincia y fuera de Camagüey, me gusta trabajar fuerte dondequiera”.

COLOFÓN DE ¿INFARTO?

Emerita Carmenates Peláez, labora en la Empresa de Construcción y Montaje #2 de Camagüey -antes era la ECOIA-8- y hace más de 20 años la operaron del corazón, que en estos días le late con más vigor y alegre compás porque le están reparando su volqueta, pese a que su ilusión pendiente es manejar un camión.