CAMAGÜEY.- Alejandro se embulló cuando vio por Cubavisión el spot convocando a menores interesados en interpretar el personaje de Ignacio Agramonte en la película El Mayor.

El papá lo recogió en la escuela primaria José Luis Tasende, donde estudiaba, y lo entraron a la sala teatral aledaña, escogida para iniciar el proceso de selección. Era 2018 e iniciaba la concreción de un sueño de muchos.

De inmediato hubo empatía entre Alejandro Cid Suardíaz y Carmen González Haidar, asistente de dirección del casting. Ella en filtros de Instagram “me puso cosas cómicas y me tiraron la foto”, narra el ahora adolescente.

“Después fuimos a la sede del Ballet de Camagüey, donde estaba el director, hice pequeñas escenas corriendo y viéndome actuar le dijo a mi papá que iban a elegirme, pero por la tarde nos pusieron delante de las cámaras”.

Cuenta que la primera toma suya fue en la Plaza de El Carmen y el objetivo era correr; el primer intento no cubrió las expectativas del director, el lamentablemente fallecido Rigoberto López, quien le indicó hacerlo más rápido.

“En la casa de El Mayor grabamos varias escenas, entre ellas, observar por una hendija de la puerta a los padres y escucharlos hablar del fusilamiento de Joaquín de Agüero, señalado para el amanecer. Me felicitó por como había actuado y esa noche corrí por las escaleras para que se escucharan los pasos más fuertes”.

Las próximas escenas transcurrieron en un potrero que simulaba la Plaza de Méndez, donde fueron asesinados Joaquín de Agüero y sus compañeros. Rememoraron la salida de Agramonte, escapándose de la casa y luego recogiendo el pañuelo del patriota independentista tinto en sangre.

 

 “Para ese momento el director de fotografía Ángel Alderete me señaló con un sombrilla el lugar donde debía de mirar, hacia el horizonte, como muestra de que yo iba a seguir sus pasos”.

 Cuando se le pregunta qué significó hacer el papel de Ignacio Agramonte, no piensa mucho antes de afirmar: “Representar a una figura histórica que cuando los mambises luchó por la Patria es un prestigio y un orgullo para mí. Interpretarlo me dejó una enseñanza, un pensamiento político y en mi proyección como estudiante, para seguir sus ideas de unidad, de patriotismo y como revolucionario.

“En la escuela, en la asignatura de Historia de Cuba nos dan la biografía de Ignacio Agramonte, pero además conversé con Fernando Crespo, historiador y gran conocedor de los acontecimientos ocurridos en la vida del patriota desde el nacimiento hasta el día de la muerte”.

A una interrogante acerca de su futuro, Alejandro explica que por el momento se enfoca en estudiar y optar por la carrera de Relaciones Internacionales o una ingeniería.

Cuenta que los muchachos de la escuela “se sienten felices de tener en su aula a un compañero que participara en la película y de ser sus amigos”.

Alejandro posee las cualidades de ser disciplinado y cumplir con las tareas escolares. Mientras participó en el casting y las grabaciones de El Mayor, terminaba la enseñanza primaria y tuvo que esforzarse en copiar las clases por el tiempo fuera del aula. Ahora, en la secundaria básica Inés Luaces, donde cursa el séptimo grado, fue elegido por el colectivo jefe de exploración de la organización de pioneros en el centro.

Las horas libres las dedica a criar pecesitos y pericos, a jugar pelota y fútbol; antes practicaba kárate, pero por la COVID-19 postergó el entrenamiento y piensa incorporarse a Aikido, otra arte marcial con una filosofía de lucha de defensa y no de ataque. A pesar de su corta edad le gusta mantenerse informado, no se pierde los noticieros, lee periódicos, busca en redes sociales, y sigue en la televisión a Humberto López y el programa Con Filo.

El Mayor, una película inspirada en hechos reales, con 112 minutos de duración, compitió en el género de ficción como largometraje en la edición 42 del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que cerró este 12 de diciembre y había abierto con esta la exhibición de más de 120 filmes el pasado 3 de diciembre.

Entre los premios colaterales del certamen, el jurado del Círculo de Cultura de la Unión de Periodistas de Cuba acordó entregar el premio post morten al cineasta Rigoberto López por la trascendencia artística de su obra.