CAMAGÜEY.- Sin recuerdos objetivos de la razón que la hizo estudiar Medicina la Dra. Sonia María González Vega, especialista de 1ro. y 2do. Grado de Medicina General Integral (MGI), Máster en Longevidad Satisfactoria y Profesora Auxiliar, sí tiene muy claro que desde su graduación en 1991, que el desempeñarse en la Atención Primaria de Salud (APS) era su mayor motivación.

¿Se cumplió ese propósito?

—Sí, al graduarme fui Médico de Familia de inmediato en un consultorio en Santayana, después pasé al de la calle Dolores Betancourt, de la ciudad de Camagüey, donde hice todo mi tiempo de familiarización y los tres años de la especialidad de MGI, soy profundamente apesiana, un término poco ortodoxo, pero así nos llamamos los amantes de este nivel de atención, y sí, lo soy de corazón.

“Nunca tuve idea de dirigir, pero se me propuso la subdirección del distrito Julio A. Mella y estuve allí por varios años; primero como subdirectora de Higiene y Epidemiologia y después como directora de Salud en ese nivel.

“En el 2000 pasé a la jefatura de APS en la dirección de Salud del municipio de Camagüey, donde permanecí por diez años y en ese intervalo cumplí misión internacionalista durante cuatro años en Venezuela, donde fuí la coordinadora de Barrio Adentro Dos, en Sucre.

“Esa etapa en Venezuela constituyó para mí un aprendizaje y una experiencia increíbles, un verdadero privilegio porque inicié el montaje de todos los Centros Diagnósticos de ese Estado y de 18 previstos dejé 14 construidos y funcionando plenamente, al igual que las salas de rehabilitación, fue algo muy enriquecedor en mi vida profesional, aprendí detalles que un médico no tiene la obligación de conocer por solo serlo.

“Al regreso retorné al municipio de Camagüey y en el 2009 salgo de nuevo de misión a San Vicente y las Granadinas como médico de asistencia, donde estuve dos años en los que aprendí igual porque los procederes que aquí realizan las enfermeras allá están a cargo de los médicos, hasta una inyección intramuscular. Solo lo hacen las licenciadas, y son muy pocas. Fue una escuela, además, del fogueo del habla inglesa”.

Pero es la responsable de APS a nivel provincial...

—Porque al regresar de la segunda misión en el 2011 ya estaba propuesta para ese cargo que ocupo todavía.

Usted fue seleccionada por el Ministerio de Salud Pública, para con otros tres compañeros ir como experta en la Atención Primaria a los Estados Unidos de Norteamerica…

—Fuimos contratados por la Universidad Illinois de Chicago, de los EEUU, permanecimos allí casi seis meses —2017-2018— . Se hizo un trabajo muy bonito, realizamos un análisis de la situación de salud en la comunidad negra, por ser una de las herramientas fundamentales del Programa del Médico y Enfermera de la Familia y encontramos una gran disparidad, por ejemplo, la edad promedio de mortalidad en los norteamericanos de clase media era de 80 años; sin embargo, en esa clase baja y negra solo era de 60 años. “Pusimos mucho énfasis en función del Programa de Atención Materno Infantil, en el embarazo en la adolescencia y sus consecuencias, y el vicerrector de esa universidad —quien nos contrató— nos decía que éramos especialistas en exhibir grandes indicadores de salud con una situación socioeconómica desfavorable.

“Encontramos que 60 metros a la derecha tenían indicadores del primer mundo y 60 a la izquierda eran similares a los de África. De esa experiencia todos aprendimos mucho, fuimos muy bien acogidos, con muestras de respeto a la medicina cubana. Nos reunimos con la directora de Salud de Illinois, y ella en la presentación reconoció los logros de la salud cubana. Estuvimos en Washington, en sitios sumamente importantes, como en el Congreso de Medicina de EE.UU., en Atlanta, o sea, en escenarios del primer mundo en los que hicimos varias presentaciones relacionadas con nuestra medicina familiar, como con la dispensarización de los pacientes y aclaramos que no se podían hacer mediante computadoras sino personalmente, eso es insustituible, como las consultas y los terrenos que hacemos a los hogares y fuimos muy bien aceptados. Ellos hacen consultas vía Internet y les dijimos que el médico cubano tenía que ver y tocar al enfermo”.

¿Cumplida esa tarea?

—Continúo hasta hoy con mis 712 consultorios del Médico y Enfermera de la Familia en comunidades porque hay otros 16 en centros escolares. Si bien es complejo este tipo de atención es muy abarcador y nos nutre de conocimientos, no se puede dejar de estudiar desde el pregrado, luego por la actualización constante mediante cursos sobre el PAMI, la epidemiología, con escenarios diferentes, tanto como lo son las propias personas que son atendidas.

“Hoy las enfermedades crónicas no transmisibles abundan en la población, alrededor del 50 % padece de alguna, es más común el embarazo ectópico, la infección vaginal y podría mencionar otras dolencias. Tuvimos cólera, tenemos dengue, y desde hace casi dos años, tanto en el mundo como en Cuba, la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la COVID-19”.

¿Cómo catalogaría esta estapa de pandemia en la APS?

—De muy difícl. En la primera época que Camagüey asumió los casos de COVID-19 de Ciego de Ávila llegamos a mantener 300 Médicos de Familia en zona roja de los hospitales Amalia Simoni y el militar Octavio de la Concepción y de la Pedraja, también en centros de aislamiento.

“Estoy muy orgullosa de los Médicos de Familia, incluso, de los más jóvenes y la inmensa mayoría sobrepasa las expectativas, han sido muchas vidas salvadas. Ellos se han sometido a los aislamientos programados y luego enfrentaron los ingresos domiciliarios, algo muy difícil porque la disciplina de la población era lo primordial”.

Dentro de este panorama llegó la vacunación...

—Ese suceso resultó ser una alegría en el seno de las comunidades, de nuestro personal de salud, todos porque vimos una luz de esperanza y la vida nos dio la razón, eso es lo que ha enderezado al país, las cifras lo dicen todo, aunque no cabe lugar al descuido. Los médicos y enfermeras de la familia fueron eslabones fundamentales en esta cruzada. Se ha logrado la vacunación de tantas y tantas personas en la provincia a la vez y de maneras diferentes, todo acorde a como se iba autorizando su aplicación y la situación epidemiológica, igual el ensayo clinico Ismaelillo  con la vacuna Abdala en los niños y la vacunación con Soberana Pediatría, y así sucesivamente ha sido un proceso que no se detiene porque vamos hacia la dosis de refuerzo a los seis meses de la inmunización completada.

¿Si le pido resumir su vida como médico?

—Ha sido enriquecedora, nosotros, y hablo en nombre de la mayoría, casi hacemos adicción al trabajo. Esta etapa de la COVID-19 ha sido muy mala, en muchas cosas, perdí a mi madre y no de esta enfermedad. Mi hijo tiene 23 años y yo que estuve trabajando sin vacunarme porque soy alérgica al timerosal, hemos salido airosos hasta ahora y teníamos que cuidarla a ella. El esfuerzo ha sido intenso, todos hemos dado un extra, nos tocó crecernos, y lo hemos logrado, estoy orgullosa de mi sector. Tuvimos recién graduados que fueron a otros municipios, muchos a más de uno, fue muy lindo ver eso.

“Camagüey va saliendo de la COVID-19 con el comportamiento esperado, hicimos una meseta en la cantidad de contagios y estamos en la cola, se baja con lentitud, eso ocurre cuando los “picos” no llegan a ser tan elevados como ocurrió en otras provincias porque quedaron muchas personas susceptibles. Hemos resuelto con nuestra propia gente, sin refuerzo y mi apreciación es que tiene un comportamiento normal.

“Lo otro es que cuando en el municipio de Camagüey se comienza la intervención sanitaria entró la cepa Delta y todavía no estaba autorizada la vacuna para los grupos de riesgo, o sea, no se inmunuzaron en ese entonces los nefrópatas, transplantados, embarazadas, puérperas, y los menores de 18 años, quiere decir que más de 89 000 personas estaban sin vacunar, todos susceptibles. Ya vamos saliendo, sin olvidar las medidas sanitarias y de protección. Es indiscutible que la vacunación tuvo su impacto gracias al grandísmo esfuerzo de nuestros científicos, y allí también está presente la Atención Primaria de Salud de la que reitero me siento muy orgullosa”

Si tuviera una máquina del tiempo que la llevara hacia atrás después de tantas experiencias, incluso, cuando se ve tan joven, ¿volvería sobre sus pasos porfesionales?

—Escogería la Medicina de nuevo y dentro de esta la familiar, ambas, no tengo duda alguna, eso sí lo haría todo mejor.