CAMAGÜEY.- Muchos camagüeyanos han compartido con Raúl en sus más de cincuenta visitas a la provincia o en otros eventos. Todos coinciden en resaltar sus cualidades humanas, en nada antagónicas a su rol indiscutible en lucha por la libertad y en la construcción y defensa de la Revolución Cubana por casi 70 años.

En el campamento Bango, Lezcano el primero de izquierda a derechaEn el campamento Bango, Lezcano el primero de izquierda a derecha

Fidel Eusebio Lezcano Escobar, dirigente sindical

A este hombre le brillan los ojos. Gustoso abrió la puerta de la casa, enclavada en la Plaza de Santa Ana. Él, de 78 años y actualmente jubilado, durante muchos años se desempeñó como miembro del Secretariado Provincial del Sindicato de Trabajadores de Transporte.

Cuando Raúl visitó el 19 de febrero de 1992 el campamento Bango, de trabajadores del sector del Transporte que se mantenían movilizados para apoyar el desarrollo agrícola de Camagüey, allí estaba Lezcano en la primera línea.

“Me causó una tremenda impresión Raúl. Era la primera vez que tenía tan cerca a un dirigente de tanta historia. Estuvo alrededor de dos horas en el campamento fue muy sociable y conversador. Los compañeros nuestros, después que él se fue quedaron contentos y más comprometidos”.

Con la pastora Esther QuinteroCon la pastora Esther Quintero

Esther Quintero Labrada, líder ecuménica

La pastora Esther Quintero Labrada tuvo el privilegio de participar en el primer encuentro que sostuvo Fidel con los líderes religiosos y veinte años después en el intercambio con Raúl, en el Memorial José Martí, de la Plaza de la Revolución de la capital para recordar ese hecho y los veinticinco de la presentación del libro: Fidel y la Religión, de Frei Betto.

Con 92 años cumplidos, lúcida y con una inconmovible vocación religiosa, en su casa en la Avenida Madame Curie, en el reparto Previsora, de la ciudad de Camagüey donde vive hace muchísimo, accedió a hablar de la personalidad del General de Ejército Raúl Castro Ruz.

“Te lo podría resumir en lo siguiente: me impresionó por la sencillez y la grandeza, porque es una persona amable, con un trato exquisito. Fue muy emotivo ese encuentro y lo recordaré por siempre. Ahora que cumple 90 años, desde mi fe le pido a Dios que nos los deje allí por muchos años”.

Liliana Boudet Nápoles, dirigente política

Como presidenta de la Organización de Pioneros José Martí en el Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas concurrió a congresos, pero el Quinto la marcó.

“De las cualidades que más admiro de Raúl, son la sencillez y su humildad, de cómo es capaz de pedirles a los pioneros que le permitan representar a Fidel y a la vez trasmitirles la tranquilidad de que el Comandante estará presente en cada una de las sesiones del Congreso.

“¡He sido muy feliz en todos estos años por haber tenido el privilegio de compartir tan cerca de Raúl algunos minutos, que para mí fueron horas; responder a sus interrogantes, junto a Jorgito, sobre su planteamiento de que fuera portador de un mensaje a Fidel; indagó acerca de su enfermedad, de su educación, en fin, sin demorar aquel pequeño encuentro se preocupó por él, como lo hizo con cada pionero que pidió saludarlo o darle solo un beso.

“Estar cerca de Raúl, estudiar su historia, su trayectoria, visitar desde su casa en Birán hasta tantos otros lugares históricos de nuestro país donde ha dejado su huella como el Segundo Frente Oriental Frank País, me ha creado un compromiso superior con la obra construida por él y otros tantos compañeros de luchas y victorias”, sostuvo la actual miembro del Buró Municipal del Partido en Camagüey.

Jorge Enrique Jerez Belisario, periodista

“A Raúl lo presentan como un hombre duro, recto, desamorado, aunque nosotros sabíamos que no era así, uno siempre siente que se va a encontrar con un militar recto. Realmente la impresión que tengo y de cómo habló conmigo y me trató es muy diferente a como lo pintaban.

“En el Quinto Congreso Pioneril agradecí a la Revolución, a él y a Fidel todo lo que habían hecho por mí, que me habían dado la posibilidad de estudiar. Yo en ese momento tenía 14 años.

“Fue algo inesperado e impactante. Realmente yo le pedí por audio, desde donde me encontraba en el auditorio, que le llevara a Fidel mi mensaje, nunca pensé que iría hasta donde estaba.

“Que el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias se parara de la silla, de donde presidía el Congreso, para hablar con un niño, eso no lo hace nadie en el mundo. Me llamó ‘Jorge’, como si me conociera de toda la vida ‘¿qué le vas a mandar a Fidel?’. ‘Esto, un escrito que le hice’, dije. ‘¿Eso nada más?’, inquirió Raúl… ‘Y un abrazo también’, señalé. Entonces me lo pidió para poder dárselo a Fidel. El abrazo más tierno que me han dado en la vida, me lo dio Raúl Castro.

“Además, el intercambio que tuvo con los niños, nos hizo vivir la historia, de cuando Fidel y él se encontraron en Cinco Palmas, después de la derrota de Alegría de Pío, una experiencia para toda la vida.

“Hoy la foto de mi portada en Facebook es ese encuentro con Raúl que me marcó para toda la vida”.